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Richie Ray y Bobby Cruz recuerdan que Dios los salvó de las drogas y alcohol
PUERTO RICO - Publicado:
Los veteranos salseros boricuas Richie Ray y Bobby Cruz estaban a punto de perderse en las drogas y el alcohol cuando en 1975 la fe en Dios los salvó, recuperaron sus carreras y consiguieron nuevos éxitos. Habían conseguido la fama años antes con canciones que combinaban las influencias de la música clásica con melodías afroantillanas y los ritmos del rock and roll, el twist y el rhythm and blues. Discos como "Jala jala y Boogaloo" (1967), "Los durísimos" (1968), "Agúzate" (1969) y "Sonido bestial" (1970) fueron grandes éxitos de la primera época Ray y Cruz, pero la fama comenzó a pasarles la factura en forma de adicciones y problemas de faldas. Fue entonces cuando Ray sintió que debía seguir los pasos del Todopoderoso porque "me faltaba algo", aseguró a Efe. "Yo me sentía insatisfecho por todo lo que hacía con las mujeres, el ron, la cerveza y la droga", recordó durante una entrevista en la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el Viejo San Juan. "Empezaron a pasar cosas", sostuvo Ray, quien explicó que sintió que "Dios me hablaba y me dijo que tenía un plan con mi vida". "Yo decía: estoy fumando mucha marihuana", recordó Ray, quien se integró a la orquesta de Cruz en 1963 tras licenciarse del Ejército y comenzó así una de las colaboraciones más fructíferas y prestigiosas de la historia de la salsa. "Notaba que estaba deprimido", recuerda Ray, quien decidió acudir a uno de los cultos evangélicos a los que lo invitó Alicia, una ex monja que se unió a la orquesta. "Algo comenzó a suceder en mí que fue radical.Bobby (Cruz) se puso bravo por mi forma de pensar y de reaccionar.Él me dijo que estaba tirando diez años a la basura", recordó.Cruz, por su parte, dijo a Efe que notó los cambios de su compañero.Entonces, un médico le apostó a Cruz que si en los próximos días Dios no le hablaba también a él, le pagaría miles de dólares. "A la semana, el Señor se me reveló al hablarme por siete horas.Llegué a la conclusión de que eran extraterrestres.Se lo conté a Richie y dijo: Gloria a Dios", recordó Cruz. "Pensé que era un marciano.Entonces le dije que hiciera un milagro.Me dijo que el teléfono iba a sonar y que fuera a donde me indicaba.El teléfono sonó y era Richie, quien me invitó a ir a un culto", aseguró. Cruz le iba a colgar "porque estaba esperando una llamada importante", pero reconoció que era su compañero obrando por Dios y decidió acompañarlo al culto, en donde el predicador invidente Agustín Pimentel hablaba de que "los ciegos iban a ver" y en el momento en el que Cruz pensó que "estaba loco", el orador lo señaló súbitamente y le dijo que estaba equivocado. Cruz admitió que su vida diaria hasta ese momento "era peor" que la que llevó a la muerte al legendario salsero Héctor Lavoe (1948-1993). "La vida de nosotros ahora es para servirle al Señor", afirmó Cruz, actualmente pastor de más 70 iglesias en Estados Unidos. Ray, por su parte, pensó que por su conversión a la religión "la música se iba a ir a pique", pero el presidente de la compañía de discos Fania, Jerry Masucci, les permitió que "si queríamos, metiéramos ese mensaje de Dios" en las producciones. En un primer momento, la popularidad y las ventas de los salseros decayó, pero la canción "Juan en la ciudad", versión salsera de la parábola bíblica del "hijo pródigo" incluida en el disco "Reconstrucción" (1976), volvió a conquistar los corazones de sus fanáticos. Entre las cien producciones que han sacado al mercado los salseros se encuentran los discos "Richie Ray y Bobby Cruz Viven" (1977), "El sonido de la bestia" (1980), "De nuevo los durísimos" (1980) y "Cuando era niño" (1999). Ray y Cruz iniciarán el próximo 16 de agosto en el Coliseo de Puerto Rico José M.Agrelot de San Juan su gira internacional "Mi bandera", donde celebrarán sus 45 años de carrera, y que los llevará a ciudades de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.