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Zinc, salud máxima en dosis mínimas
REDACCION - Publicado:
El Panamá AméricaPese a su mínima presencia en el organismo, la deficiencia de este mineral esencial puede originar desde mayor predisposición a las infecciones y acné, o diversas enfermedades de la piel, hasta crecimiento retardado, impotencia, depresión y problemas del habla, pasando por la anorexia y la bulimia nerviosas.El zinc, un micronutriente esencial o elemento traza, está involucrado en más de 80 sistemas de enzimas del cuerpo humano y forma parte de las paredes celulares.Cerca del 60 por ciento de este elemento está contenido en los músculos, y los huesos alojan el 30 por ciento.La cantidad de zinc de nuestra anatomía no supera los dos gramos, pero no podríamos vivir sin ella.En el siglo XIX los médicos experimentaban con sales de zinc como si fueran medicamentos.Mucho antes de que se desarrollaran los fármacos anticonvulsivos, se descubrió que suministrar dosis enormes de este mineral era muy efectivo para aliviar a los pacientes con ataques epilépticos recurrentes.También en aquella época se utilizó el zinc para tratar una enfermedad que se ha vuelto a poner de actualidad: la anorexia.A mediados de este siglo los veterinarios emplearon el mineral para curar distintas enfermedades del ganado, y comenzó a descubrirse su relación con el sistema inmunológico.Pero el gran interés por el zinc en la medicina contemporánea comenzó al descubrirse que era la cura para una rara pero seria dolencia de la piel de los niños pequeños: la acrodermatitis enteropática.Desde entonces se han publicado miles de artículos sobre la aplicación medicinal del zinc y las investigaciones siguen descubriendo nuevas virtudes de este mineral.LA DOSIS IDEALAunque la cantidad de zinc que necesita un ser humano es pequeña, la mayoría de las personas no consume la suficiente, calculada en una dosis diaria recomendada de 15 miligramos.Si bien la deficiencia de este mineral no es tan perjudicial como otras carencias nutricionales, su escasez resulta suficiente como para comprometer algunas importantes funciones orgánicas.El zinc resulta esencial para el crecimiento de los órganos sexuales en la adolescencia, para el crecimiento de los músculos y para la producción orgánica de las proteínas (sustancia celular) y el ADN (material genético), así como para la cicatrización de las heridas, la actividad de las hormonas, la percepción de los sabores y la visión nocturna.Conservar la piel y el cabello, así como favorecer el control sobre las diferentes actividades enzimáticas del organismo, son otras funciones destacadas del zinc.La larga lista de beneficios de esta sustancia presente en una amplia gama de alimentos podría ser mayor: las investigaciones más recientes indican que el zinc también es importante para la construcción de los huesos, al formar la matriz de las "fibras" de proteínas a las cuales se fija otro mineral: el calcio.Además hay evidencias de que el zinc podría acortar la duración de los catarros.Un estudio efectuado con 73 estudiantes con catarro que asistían a un colegio de EEUU, mostró que los síntomas de aquellos a los que se administró pastillas de zinc duraron un promedio de cinco días, comparados con los nueve días de aquellos que sólo recibieron placebos (sustancias inocuas).FRENO A LOS MICROBIOS DEL FRIOPara el químico estadounidense John Godfrey, que ha elaborado las pastillas de zinc, el mineral puede tener un efecto antiviral en la boca y la nariz, haciendo que los síntomas de los resfriados sean menos severos.Los investigadores también están aumentando sus conocimientos sobre el papel del zinc en el sistema inmunitario humano.Cuando los especialistas de la Universidad Estatal de Wayne, en EEUU, suministraron suplementos de zinc a trece personas de edad avanzada y con deficiencias de este mineral, descubrieron que ello aumentaba la actividad de sus células inmunitarias y la producción de una hormona importante para el crecimiento de las células inmunitarias y la lucha orgánica contra las infecciones.Los nutricionistas aconsejan obtener el aporte de zinc que necesita el organismo a través de las comidas.Si se obtiene una dosis suficiente de este mineral a través de los alimentos, entonces puede ser beneficioso tomar además un suplemento vitamínico que contenga 1 miligramo de cobre y no más de 30 miligramos de zinc.Aunque antes de introducir un cambio de este tipo en la dieta siempre hay que consultar al médico.Existe una gran variedad de alimentos que contienen pequeñas cantidades de zinc, principalmente la carne magra, el pescado y los mariscos.También se encuentra en las alubias, los granos integrales, los huevos, las nueces y el pan integral.Entre los síntomas de una carencia nutricional de zinc, la cual suele afectar a las personas que comen una dieta pobre o demasiados alimentos procesados, figuran la pérdida del apetito y una mayor lentitud en el proceso de cicatrización de heridas.EL ARSENAL MINERALLa mujer debe tener presente que la ingestión de alimentos que contengan este mineral es especialmente importante durante el embarazo, ya que ayuda al crecimiento de los tejidos del feto.Además del zinc se conocen por lo menos veinte minerales importantes que controlan el metabolismo o que conservan las funciones de los diversos tejidos específicos del cuerpo humano.El cuerpo necesita grandes cantidades de algunos minerales como el magnesio, el potasio, el calcio y el sodio; aunque sólo precisa cantidades mínimas de otros, como el hierro, el zinc, el cobre, el selenio, el floruro y el yodo.Pero todos son necesarios en los complejos procesos bioquímicos del metabolismo humano.El sodio y el potasio ayudan a controlar la acumulación de agua en los tejidos, a controlar el ritmo cardíaco e intervienen en la generación de los impulsos nerviosos y la contracción de los músculos.El calcio interviene en la formación y conservación de los huesos, y ayuda a la coagulación sanguínea.El magnesio contribuye a formar y conservar los huesos y dientes, y a activar la reacción química productora de energía dentro de las células, mientras que el hierro interviene en la formación de las sustancias sanguíneas que llevan el oxígeno a los glóbulos rojos y a las células musculares.Ello por mencionar sólo algunos minerales, que muchas veces actúan de forma combinada, interviniendo varios de ellos en una función determinada.Normalmente, una dieta equilibrada contiene todos los minerales necesarios, pero como las deficiencias de hierro, calcio y yodo son bastante frecuentes, muchas veces se agregan artificialmente a determinados alimentos.