Arañas, menospreciadas aliadas de la naturaleza
Aunque la mayoría de las arañas son venenosas, estas toxinas no representan un peligro para el ser humano. En Panamá hay más de mil especies.
La distribución de la araña bananera, que habita en zonas selváticas tropicales o subtropicales, ha ido en aumento en América Latina. Cortesía
Las arañas son tan fascinantes como temibles para algunos. Suelen popularmente encasillarse como insectos, pero forman parte de los Artrópodos.
Ellas están estrechamente relacionadas con especies como los escorpiones, garrapatas, ácaros y opiliones, que son miembros de una clase de organismos de ocho patas llamados arácnidos.
Sobre ellas hay un halo de espanto, que muchas veces lleva a fobias. Sin embargo esa perspectiva negativa se puede cambiar.
El biólogo Daniel Murcia es un claro ejemplo. El experto recuerda que en su momento estos animales le daban temor, lo cual con el tiempo cambió y ahora es un apasionado estudioso de ellas.
De acuerdo con Murcia, las arañas tienen un papel importantísimo en los ecosistemas, sobre todo como depredadores.
"Son las mayores consumidoras de insectos del planeta y contribuyen decisivamente a controlar su número de poblaciones", comentó Murcia durante un evento del Instituto Smithsonian.
Las arañas tienen una gran variedad y complejidad de comportamientos instintivos (heredados), sobre todo en lo referente al cortejo, apareamiento y cuidado parental.
Según Murcia, se estima que Panamá posee unas 1,295 especies, incluidas en 61 familias y 424 géneros. Mientras que en el mundo se han descrito hasta la fecha más de 51,090 especies y 132 familias.
De hecho Murcia realiza una revisión actualizada para Panamá, debido a que la obra que recopila estos animales data de hace muchos años.
Las arañas, con excepción de la Antártida, pueden encontrarse en todos los continentes. Se han adaptado hasta a los ambientes más impredecibles, como los hábitats acuáticos.
Además de su aspecto, Murcia comenta que otra de las principales causas del terror hacia estos arácnidos son sus mordeduras.
Casi todas las arañas tienen glándulas de veneno que se juntan con los colmillos. Usan este veneno producido en las glándulas para matar o paralizar la presa y para la defensa.
No obstante, Murcia recalca que salvo algunas excepciones, la mayoría no representa un peligro para la vida humana u ocasiona un riesgo de muerte como se piensa.
Solamente pocas especies, como la viuda negra, tienen un veneno muy tóxico para los humanos.
Ante una mordedura de araña, Murcia recomienda desinfectar el área, mantener la calma, no hacer torniquetes, capturar o tomarle foto a la araña y acudir al centro médico más cercano.
Con respecto al control en su residencia es fundamental que mantenga las paredes y espacios limpios. Murcia pide que ante un encuentro con una araña la reubique y no la mate.
En Panamá, una de las especies más venenosas es la araña bananera, que como lo indica su nombre se encuentra en las plantaciones de plátano.
La bióloga Stephany Arizala recalca que esta mordedura sí requiere atención médica porque se han presentado reacciones alérgicas asociadas a la misma. Recuerda que por ello las personas que trabajan en estas zonas saben que deben tener precaución.
Por otra parte, el Smithsonian subraya que la seda de la araña ha sido objeto de estudios en diferentes campos debido a su resistencia, elasticidad y proteínas que tiene.
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