Humanista por excelencia
- Redacción /
Fue un hombre preclaro que tenía bien definido el efecto positivo que la educación y la cultura tenían sobre la sociedad.
Si hay un punto de referencia con el cual se puede vincular el nombre de Diógenes Cedeño Cenci es el ámbito académico. Por eso, esta semana, cuando se conoció sobre su deceso, los círculos intelectuales y académicos del país reaccionaron con pesar a sabiendas de que con su partida se apagaba una de las mentes más luminosas del Panamá del siglo XX.
El escritor Ricardo Arturo Ríos, quien se confiesa amigo del doctor Cedeño Cenci, reaccionó ante la infausta noticia señalando que se trataba de “un educador por convicción y un auténtico académico de la lengua” y recl amó que esta institución (la Academia) “lo ignoró, igual le ocurrió a Borges con el Nobel”.
Diógenes Cedeño Cenci nació en Panamá en 1927 y su cuerpo se desconectó de este mundo al amanecer del miércoles de esta semana, pero sus ejecutorias, sus obras, su pensamiento y sus orientaciones quedaron como herencia viva para la posteridad.
Este intelectual panameño se graduó de profesor de Español y realizó posteriormente estudios de postgrado en la Universidad de Madrid, España, en donde recibió el título de Doctor en Filología Románica con nota sobresaliente Cum Laude, según la biografía que reposa en la Biblioteca Nacional.
Sus créditos y su entrega a la academia le permitieron ser catedrático titular en la Universidad de Panamá, en donde ocupó y desempeñó múltiples cargos hasta alcanzar la posición de Rector. Fue además Ministro de Educación y Director del INAC, entre otros cargos, en su mayoría vinculados al quehacer docente que, según quienes lo conocieron, fue su pasión.
“Se caracterizó por su humildad y sin pretensiones de erudito orientó a todos”, destacó el profesor Ríos, quien catalogó a Diógenes Cedeno Cenci como uno de los mejores ensayistas del Panamá literario.
Diógenes Cedeño Cenci dejó huellas en múltiples generaciones y algunos testimonios así lo confirman.
Por ejemplo, Ariel Barría Alvarado hoy por hoy, uno de los mejores escritores del país, lo recuerda como “una de esas primeras personas que avalaron mis inicios en las letras”.
Incluso Barría guarda entre sus recuerdos una fotografía que data del 29 de septiembre de 1973 en la que el doctor Cedeño Cenci le entregó el certificado que ganó en los juegos florales en la sección de Redacción.
A pesar de que nació en ciudad capital cada vez que pudo también aportó sus conocimientos en toda la geografía nacional, prueba de ello es su participación como director de los centros regionales universitarios de Chiriquí y Veraguas.
Diógenes Cedeño Cenci fue un hombre preclaro que tenía bien definido el efecto positivo que la educación y la cultura tenían sobre la sociedad.
Una prueba de ello fue su participación, en 1983, en el “Encuentro nacional de política y cultura” en el que definió la cultura así: “La cultura ya no puede estar relacionada únicamente con esas realizaciones o producciones artísticas excepcionales de un grupo o sector, sino que está conformada, además, por todas aquellas manifestaciones sociales que pertenecen a la experiencia histórica y cotidiana de un pueblo y que van desde la cultura material, a las instituciones, normas y sistemas de comportamiento; y desde las costumbres, creencias y técnicas de un sencillo artesano, hasta las creaciones algunas veces sofisticadas, de un artista genial”.
El viernes de esta semana se realizaron sus honras fúnebres en las que la sociedad panameña lo acompañó hasta el sitio donde alzaría vuelo hacia la inmortalidad.
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