Escasez de papas

La improvisación de la implementación del control de precios se pone de manifiesto una vez más con la importación de 10 contenedores de papas. El gobierno panameñista no coordinó debidamente con los productores nacionales para conocer con antelación si la cosecha de papas alcanzaba para abastecer el mercado de consumidores. No tomó en cuenta que la rebaja del precio de las papas iba a precipitar compras rápidas que provocarían un desabastecimiento acelerado. La falta de consulta con los productores nacionales lleva al Estado a la importación de 10 contenedores de papas de Estados Unidos.

Voceros de los agricultores califican como un cáncer que le hace mucho daño al sector agropecuario. Se vaticina, asimismo, el mismo problema del desabastecimiento de la cebolla, porque los precios se congelaron sin tomar en consideración a los productores.

El desabastecimiento es uno de los resultados negativos de los sistemas de controles en los que los gobiernos congelan precios por motivos políticos, y prescinden de la consulta con los integrantes del proceso económico que involucra a productores, comerciantes y consumidores. Es usual que las importaciones de productos alimenticios las realicen los comercializadores para impedir crisis de abastecimiento, conociendo por su experiencia directa que gran parte de la producción nacional de papas, cebolla, arroz y otros productos no satisfacen las necesidades del consumo.

Los productores han presentado el borrador de un proyecto de ley para crear las cadenas agroalimentarias, para elevar la productividad y reducir las desproporciones económicas de los segmentos del sistema. Es una reacción comprensible a la luz de los hechos de un gobierno que perjudica con una intromisión inconstitucional que lesiona los principios de la economía libre.

Hay un clamor creciente para que el Estado auspicie medidas para incrementar la producción agropecuaria, que amplíe la capacidad crediticia de los productores a efectos que se liberen de los insumos —semillas, maquinaria agrícola, uso de tecnología productiva de punta, agroquímicos importados que no agredan el ambiente. Medidas de asistencia técnica para mejorar la productividad de los alimentos, construir reservorios acuíferos para irrigar los cultivos en la sequía.

Contra esta crisis del sector agropecuario se ha interpuesto el populismo demagógico forjado para ganar votos, defraudando la realidad del sector. Muy rápido el descoyuntamiento del control de precios le ha pasado la factura al gobierno de Juan Carlos Varela, que llegó al poder con recursos que, desdichadamente, no tienen sanciones, no obstante, las repercusiones de las artimañas electoreras. Estamos leyendo la crónica de un desastre anunciado.

La crisis del desabastecimiento de papas se incrementará en los próximos meses por la escasez de semillas. Para paliar la escasez compraremos fuera: papas, cebollas, arroz y otros alimentos de primera necesidad, con fuga de divisas en momentos en los que se yergue la desaceleración económica. La crisis del sector agropecuario afecta a todos por el efecto de cascada en el sistema económico. Aún no ha subido la electricidad... Dios nos coja confesados.