Los auténticos ‘reyes’ de Buckingham

A través de la historias los perros siempre han estado ligados a la realeza. Incluso muchas de las razas actuales se han desarrollado gracias al interés de algunos monarcas. 

Esta tradición aún continúa en la actualidad y es probable que sea la Reina Isabel II la que mayor amor profesa a sus perros.

Así lo demuestran las múltiples imágenes en las que aparece acompañada por sus corgi.

Por ejemplo, los corgi de la reina Isabel II de Inglaterra reciben un trato tan especial como cabría esperar en una mascota real y es la misma soberana quien supervisa la comida a sus adorables perros, poniéndolos a todos en un semicírculo por orden de llegada a Palacio, siendo atendidos primero los que llegaron hace años. Mientras da de comer a los perros que más tiempo llevan viviendo entre las paredes de sus residencias, “los otros siguen sentados y esperan su turno pacientemente”. Es impresionante ver como los perros obedecen a semejantes rutinas, creando un orden perfecto sin protestar, esperando su turno.

Los alimentan con menús diseñados según sus necesidades individuales en platos de plata o de porcelana, según revela Roger Mugford, el entrenador de los famosos corgis de la soberana a la revista británica Town & Country.

Un mayordomo es el encargado de presentarles su menú, que incluye bistec, pechuga de pollo, salsa casera y 'scones' - panecillos típicos de la cocina británica - y que se combina con remedios caseros y homeopáticos. 

“En las diferentes horas de comida, cada perro tenía su propio menú diseñado especialmente para él con una serie de remedios herbales y homeopáticos. Pude ver cómo la reina hacía que los corgis se sentaran en semicírculo a su alrededor y después le daba de comer uno a uno, siguiendo una jerarquía de antigüedad. Los demás se quedaban sentados esperando pacientemente su turno”, explicó Mugford.'

Historia

El primer 'corgi' que pisó Buckingham llegó, en 1933. Se llamaba Dookie y fue cruzado con otra corgi, Jane. El carácter afable de estos perros pastores encandiló a la princesa Margarita y a Isabel, que cuando cumplió los 18 años, recibió, como regalo de sus padres, su primera perrita: Susan. De ella, descienden algunos de los cuatro corgies y dorgies -cruce de 'corgi' y 'dackel'- que la soberana tiene en la actualidad. Isabel II nunca ha ocultado su cariño por estos animales, que han sido testigos de sus 60 años de reinado. La soberana incluyó a tres de ellos, Holly, Willow y Monty -recientemente fallecido- en el videoclip que protagonizó junto al actual ‘007’, Daniel Craig, con motivo de de los Juegos Olímpicos de Londres.

Los tratamientos a base de homeopatía para perros, se caracterizan por aplicar una serie de remedios herbales y diluciones que se crean con extractos minerales y de plantas, trabajando el origen del problema, obteniendo la curación desde la raíz y no simplemente de los síntomas.

Auténticos reyes caninos

El entrenador reseñó que Isabel II tiene claro cómo se tiene que educar a sus mascotas: “No tolera la falta de amabilidad y recuerdo que se quedó con una mala opinión del presidente (estadounidense) Lyndon B. Johnson después de que cogiera a sus perros por las oreja”.

“Cuando habla de sus corgis o de sus caballos, puedes ver un lado totalmente diferente de ella porque se muestra más relajada”, relató Mugford.

Actualmente, la reina tiene dos perros de esta raza, Holly y Willow, y cuenta también con otros dos, Candy y Vulcan, que son un cruce de un corgi y un Dachshund.

El cariño de Isabel II por esta raza de perros comenzó cuando le regalaron una corgi llamada Susan por su 18 cumpleaños. El can fue un obsequio de sus padres, el rey Jorge VI y la reina Isabel.

No más corgis

Isabel II llegó a tener hasta treinta perros, todos ellos descendiente de la primera corgi que tuvo.

Sin embargo, la reina de Inglaterra hizo público que va a dejar de criar corgis y que tampoco quiere que le regalen más. 

El principal motivo que ha dado Isabel II es que no quiere dejar a sus perros solos cuando ella fallezca.

La decisión de la reina ha salido a luz después de que Monty Roberts, uno de sus consejeros, le ofreciese un nuevo corgi tras la muerte de Monty, el can favorito de Isabel II. La soberana le agradeció mucho su detalle, pero le comunicó que había decidido no añadir ningún perro más al grupo.