Moscú niega haber suministrado a Teherán baterías de defensa antiaérea S-300

El viceprimer ministro ruso, Serguéi Ivanov, negó hoy que Rusia haya suministrado a Irán baterías de defensa antiaérea S-300, a lo que se opone tanto Estados Unidos como Israel.

Al tiempo, Ivanov recordó que esos sistemas son exclusivamente defensivos, por lo que no alterarían el equilibrio de fuerzas en la región de Oriente Medio, según informaron las agencias rusas.

El funcionario hizo estas afirmaciones coincidiendo con la presencia en Rusia de la líder de la oposición en Israel, Tzipi Livni.

Precisamente, uno de los objetivos de la visita de Livni es pedir al Kremlin que asuma una posición "más dura" frente a Irán por sus ambiciones nucleares, respaldando la adopción de sanciones internacionales.

Fuentes militares desvelaron recientemente que Rusia e Irán suscribieron hace años un contrato para la venta de cinco sistemas S-300 por valor de 800 millones de dólares Según la agencia Interfax, los S-300 se encuentran almacenados en las instalaciones del Ministerio de Defensa ruso, a la espera del cumplimiento del contrato.

No obstante, la operación ha sido "congelada" por el Kremlin por motivos políticos en el marco de la nueva etapa de relaciones con Estados Unidos, aunque el Servicio Federal de Cooperación Militar aseguró recientemente que Moscú no ha renunciado de forma definitiva a la operación.

Los móviles S-300 son considerados mucho más potentes que los también sistemas antiaéreos Tor M-1 que Irán compró a Rusia por casi mil millones de dólares en 2005, contrato que Israel describió como una "puñalada en la espalda".

Los misiles de los S-300 tienen un alcance de hasta 200 kilómetros de distancia, desde bajas alturas y hasta el "techo" máximo de los aviones de combate.

Irán desea proteger con los sistemas antiaéreos rusos sus instalaciones estratégicas -administrativas, industriales y militares- como la primera central nuclear del país (Bushehr), que es construida por ingenieros rusos a orillas del golfo Pérsico.