Los animales gigantes de agua dulce están desapareciendo
Hay unas 200 especies de lo que se conoce como megafauna de agua dulce, pero en comparación con sus contrapartes marinas y terrestres, no han sido estudiadas a fondo por los científicos y son poco conocidas por el público. Y están desapareciendo.
- Rachel Nuwer
- - Publicado: 06/2/2020 - 06:00 am
Algunas de las criaturas más increíbles de la Tierra se ocultan en las profundidades de ríos y lagos: bagres gigantes que pesan más de 270 kilos, mantarrayas tan largas como un Volkswagen Sedán y truchas de 2 metros de largo que pueden tragarse entero a un ratón.
Hay unas 200 especies de lo que se conoce como megafauna de agua dulce, pero en comparación con sus contrapartes marinas y terrestres, no han sido estudiadas a fondo por los científicos y son poco conocidas por el público. Y están desapareciendo.
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Después de un sondeo de la cuenca del río Yangtsé, un grupo de investigadores declaró en enero oficialmente extinto al pez espátula chino. El pez espátula, visto por última vez en el 2003, podía alcanzar los 7 metros de largo y alguna vez habitó muchos de los ríos de China, pero la sobrepesca y la construcción de presas diezmaron sus poblaciones.
El pez espátula quizá sea un heraldo para otros peces gigantes. Una investigación publicada en agosto en la revista Global Change Biology encontró que la megafauna de agua dulce ha disminuido un 88 por ciento a nivel mundial de 1970 al 2012.
“Queremos ir más allá de simplemente estudiar el estatus de conservación y explorar maneras de intentar mejorar la situación de estos animales”, dijo Zeb Hogan, ecólogo en la Universidad de Nevada, en Reno, y coautor del estudio..
Los científicos definieron a la megafauna de agua dulce como cualquier animal vertebrado que pasa una parte esencial de su vida en agua dulce o salobre y pesa más de 30 kilos. Identificaron 207 especies así y exploraron la literatura científica en busca de por lo menos dos medidas poblacionales de cada una.
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Los investigadores encontraron datos para sólo 126 especies. Su lista principalmente incluía peces, pero también mamíferos como castores e hipopótamos, y criaturas de sangre fría como cocodrilos y salamandras gigantes.
Los peces fueron los más afectados, con un declive del 94 por ciento. Los peces en el sur de China y el sur y el sureste de Asia sufrieron las pérdidas totales más grandes.
El World Wildlife Fund (WWF) afirma que las poblaciones de animales de agua dulce en general están disminuyendo a niveles de más del doble en comparación con los observados entre animales terrestres y marinos. Muchas amenazas impulsan esos declives: la sobrepesca, la contaminación, la degradación de los hábitats y la desviación y extracción de agua. Pero las presas son la amenaza más mortífera para los peces gigantes, muchos de los cuales son migratorios.
Dos tercios de los principales ríos del mundo ya no fluyen libremente, reveló una investigación reciente, Y hay numerosas presas planeadas o en construcción en cuencas con megafauna abundante, como el Amazonas, el Congo y el Mekong.
Hay muchas estrategias para asegurar que sobrevivan los gigantes de agua dulce, y se están dando algunos cambios.
El arapaima —un pez sudamericano de tres metros de largo que respira aire— ha desaparecido de gran parte de la cuenca del río Amazonas debido a la pesca excesiva. Sin embargo, las aldeas pesqueras de Brasil que manejan las poblaciones de manera sustentable han visto al número de arapaima aumentar hasta diez veces.
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Las intervenciones comunitarias a veces provocan cambios positivos en ausencia de compromiso por parte de los gobiernos. Los ciudadanos de Bangladesh, Nueva Zelanda y Ecuador aseguraron hace poco derechos legales para los ríos, lo que significa que los tribunales deben tratar esos cuerpos de agua como entidades vivas.
En el 2012, las manifestaciones en Chile contribuyeron a la decisión de no edificar presas en los ríos Pascua y Baker, y en su lugar instalar granjas solares y eólicas para la producción de energía.
De hecho, a medida que caen los precios de las energías renovables, las energías solar y eólica se están convirtiendo en alternativas viables a la energía hidroeléctrica, especialmente en los países en desarrollo que aún no han fragmentado sus ríos en represas, dijo Michele Thieme, científica líder de agua dulce en el WWF.
Hogan y sus colegas creen que los esfuerzos de conservación colectivamente pueden ayudar a preservar la biodiversidad de los ecosistemas de agua dulce.
“¿Queremos vivir en un planeta en el que hemos matado a todos esos increíbles animales o en uno en el que podemos encontrar una manera de coexistir?”, dijo Hogan.
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