La crisis de la COVID-19 y las habilidades blandas en los gerentes
El gerente debe entender que esta es una situación difícil para su equipo de trabajo, por lo que es su responsabilidad diseñar los procesos diarios pensando en las afectaciones, familiares, personales y económicas de los colaboradores.
- Juan Manuel Cedeño Rubalcaba
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- - Publicado: 21/12/2020 - 12:00 am
La real academia define la palabra crisis como: “Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados”.
La pandemia del coronavirus es la última de una serie de crisis que han cambiado al mundo, cuyas consecuencias se seguirán sintiendo por muchos años. Uno de los aspectos sociales que ha ido evolucionando a través del tiempo es el liderazgo en las empresas, que ha pasado de un estilo autoritario al inicio del siglo XX, a un estilo más basado en las habilidades blandas o competencias interpersonales para lograr que los equipos de trabajo alcancen los objetivos.
La crisis del COVID ha provocado que muchas de las fronteras entre gerente y colaborador se desdibujen, al ponernos ante una situación que afecta por igual a toda la empresa. El espacio físico del trabajo ha sido ecualizado al eliminarse por completo el concepto de oficina, los sueldos se han visto reducidos por igual para buscar la sobrevivencia del negocio e incluso los contratos se han suspendido buscando retomar el ritmo cuando pase la tempestad.
En el ámbito familiar, tanto gerentes como colaboradores, tienen que lidiar con la realidad de tener a sus hijos en casa y además manejar el estrés de la posibilidad de verse afectados por la enfermedad.
Esto está afectando el uso de las habilidades que requiere un gerente para tener éxito. Enlisto las 3 que en mi consideración son las más importantes durante esta crisis:
1. Empatía.
Hoy más que nunca es indispensable para el gerente ponerse en los zapatos del empleado, en especial en lo que respecta a las estrategias económicas para la sobrevivencia de la empresa. Ante las circunstancias económicas tan adversas a las que se enfrentan las empresas, muchas están recurriendo a medidas extremas para mantener el negocio viable en el largo plazo, el colaborador debe entender que estas medidas son por el bien de la empresa, pero también se toman para conservar el trabajo de los colaboradores.
El gerente debe entender que esta es una situación difícil para su equipo de trabajo, por lo que es su responsabilidad diseñar los procesos diarios pensando en las afectaciones, familiares, personales y económicas de los colaboradores.
La empatía lleva al gerente a encontrar formas de ser flexibles al hacer el trabajo, ya que la pandemia pone restricciones tanto al individuo como a la empresa para realizar sus funciones, por lo que se deben de implementar procesos y recompensas más basadas en el logro de objetivos que en el cumplimiento de una jornada de trabajo, se debe buscar, en la medida de lo posible, un balance entre lo que es bueno para la compañía y lo que es bueno para el trabajador diseñando roles flexibles en las que el trabajador hace una variedad amplia de tareas y la empresa a cambio, es flexible en las normas para evaluar el desempeño de sus empleados.
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2. Comunicación cándida y honesta.
Los tiempos en los que el gerente era el único miembro del equipo que tenía la información para alcanzar los objetivos han quedado atrás. Durante los meses más complejos de la pandemia se generaba información que cambiaba los esquemas de trabajo casi diariamente.
El gerente moderno debe aceptar de forma honesta y ante su equipo que no posee toda la información y al mismo tiempo debe de mantenerse al día en las últimas noticias para prever como esta información afectará a su equipo de trabajo.
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Junto con esta honestidad, debe venir la habilidad de incluir a los miembros del equipo en la toma de decisiones, ya que, todos tenemos información que puede ser útil.
Finalmente, el gerente debe asegurarse de ser firme en la comunicación y en las decisiones tomadas.
3. Establecimiento de una visión clara.
Esta es probablemente la habilidad más importante, la visión en tiempo de crisis da el norte para navegar en aguas turbulentas, y permite adaptar las normas, procedimientos y hasta los objetivos a las circunstancias tan inciertas de la crisis. Una visión con la cual se comprometen todos los empleados será el pegamento que unirá a todos en estas épocas tan complejas.
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Navegar durante esta crisis no es fácil, pero es una oportunidad de crecer y encontrar nuevas formas de hacer las cosas, son los momentos de crisis que unen a los equipos y nos permiten generar la confianza que nos hará no solo sobrevivir sino despegar hacia el futuro.
Estudiante de maestría de la Universidad Interamericana de Panamá.
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