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Desastre Ecológico en la Mina Santa Rosa
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El sábado 6 de junio a la medianoche, las tinas de lixiviación de la mina, ubicada en Cañazas, provincia de Veraguas, cedieron ante la presión de la intensa lluvia.La mortal solución de cianuro y agua, se deslizó indomable, colina abajo, buscando el cauce de los ríos y quebradas vecinas.Se había consumado el mayor desastre ecológico ocurrido en el interior de la República en todos los tiempos.Ni siquiera las filtraciones petroleras de la Bahía de Charco Azul alcanzaron tan graves repercusiones.Los efectos del derrame han sido confirmados por autoridades nacionales y locales, y por miembros de las comunidades vecinas.En especial el SINAPROC, a través del director provincial, Alejandro López y de su director nacional, Roberto Velásquez, reportó al menos media tonelada de peces y camarones muertos, tan sólo en las quebradas La Mina y El Corozal.Velásquez dijo que no se descarta que personas consumieran peces contaminados y que el ganado vacuno y caballar hayan bebido agua envenenada.El cianuro, cuando no mata, se acumula y guarda en el organismo, afectando vías respiratorias y el aparato cardiovascular.La mortal sustancia puede asímismo ser absorbida por el pasto e incluso filtrarse al subsuelo.El veneno, tras matar peces, camarones, aves y cuanto ser vivo encuentra a su paso, es llevado por los ríos al mar, donde continúa su efecto.Algunos advierten que el cianuro no es biodegradable y que permanece intacto durante años.Lo único que su efecto es menor en grandes volúmenes de agua.Francisco Abrego, residente en El Poste, denunció una mortandad de más de mil peces en las quebradas El Corozal, Las Minas y Corita.Dramáticas fotografías publicadas en este medio lo confirmaron.Vecinos de la comunidad de Corita de los Pérez, denunciaron la muerte masiva de peces a más de diez kilómetros del derrame de cianuro, en el Corregimiento de San Marcelo de Cañazas.El Consejo Municipal del lugar y el representante Algis Alvarado se manifestaron consternados por la magnitud del desastre, el tercero en los últimos cuatro años, todos en la estación lluviosa, lo que sugiere negligencia de quienes administran la mina.Por el momento, permanece el silencio del director de Recursos Minerales del Ministerio de Comercio e Industrias, Didier Pitano.No tiene sentido tener decenas de ingenieros en escritorios, manoseando papeles en despachos refrigerados, cuando debieran estar ejecutando un riguroso programa de inspección de los pocos proyectos de explotación minera que están en marcha.Es evidente que el derrame de cianuro pone punto final a la controversia entre conservacionistas y mineros por Cerro Quema en Tonosí.Los hechos y el tiempo dieron la razón a los primeros.En lo sucesivo, el desastre del 6 de junio será recordado cuando, al mejorar los precios internacionales del oro y el cobre, retornen quienes insistan en Cerro Colorado, Petaquilla y otros.