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El camino de la vida
Rafael Montes Gómez - Publicado:
Como acostumbro a postear en Facebook para mis lectores, mucha gente participa y yo me nutro de esa pléyade de profesionales que contribuyen a mi entorno.Hay una gran tragedia que ha sucedido a nuestra niñez, difícilmente veras esto escrito en un diario de la localidad, en un momento que todo es vender morbo.Les presento a Lourdes Ortega, quien con maestría impecable respondiendo a mi ensayo, describe con tino el origen del problema:“Lo triste siguen siendo los padres.¿No ven cómo a un papá cuando lo entrevistaron en la tv dijo textualmente que su hijo "no era un delincuente" y que "solamente estaba preso por posesión de un arma"? ¿Será que es la nueva moda de que todos los adolescentes anden ahora armados? ¿O será que son pistolitas de agua y que se la pasan jugando a los culecos de carnaval en forma inocente durante todo el año?No sé, pero pienso que también los padres deben ser castigados; porque la responsabilidad de criar a un hijo no se la podemos dejar sólo al Estado o a la sociedad (o a los maestros) Quisiera que alguien me dijera, ¿qué hacen estos padres o madres cuando un hijo le llega con zapatillas de marca de sesenta dólares o la última Black Berry, y no trabaja? Nada!Y menos, si el hijo le da su "salpique"; porque lamentablemente, muchos de estos mal llamados padres de familia, son también unos delincuentes, o son unos cómplices sinvergüenzas que después andan de hipócritas llorando cuando les matan a los hijos o los encierran.Y es que desde que eran chiquitos se hacían de la vista gorda cuando el hijito adorado le llegaba de la escuela con un sacapuntas o un lápiz de color que el menta’o papá o mamá no le había comprado.¡Ayyy de que se viera y aceptara ese tipo de comportamiento en la época de nuestros padres y abuelos! Porque en esa época había un señor que se llamaba "Martín Moreno, el que saca lo malo y pone lo bueno".Y es que muy pocos se atrevían hacer más de cuatro cosas, porque si te descubrían tus padres que "andabas en lo que no debías", allí mismo te daban tu "chicotazo" o tu "revencazo", y además, tenías que pasar la pena de que te acompañaban a devolverle al "amiguito o amiguita" lo que le habías tomado "prestado".Y después de eso, la vida continuaba, eso sí, con la lección bien aprendida, y nadie se "traumaba" por ello.Porque en la época de nuestros padres y abuelos, por más pobres que la gente fuera, por más "madres solteras" que hubieran, y con mucho menos oportunidades de las que tienen los niños y jóvenes de hoy en día, la gente se sentía orgullosa de sus creencias y valores como la honradez, el respeto, la responsabilidad, la laboriosidad, y la decencia entre otros.La respuesta es simple: la base moral está en la familia; los valores se aprenden y practican en el seno familiar, y es lo que le va a servir al individuo para dilucidar lo bueno de lo malo; porque hoy, al igual que ayer, las tentaciones siempre van a existir a lo largo de ese camino que se llama vida”.