Panamá
Innovación y diferencias sociales
Esto muestra, a nuestro juicio, que la forma en que se encuentra organizado el actual sistema socioeconómico distribuye muy desigualmente las oportunidades de los niños.
- Juan Jované
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- - Actualizado: 06/7/2022 - 12:00 am
Uno de los temas recurrentes en los discursos de los gremios de la elite empresarial, así como de no pocos políticos tradicionales es el llamado emprendimiento, el cual empírica y conceptualmente está ligado a las posibilidades de realizar innovaciones.
Lo que se encuentra ausente en la narrativa empresarial y gubernamental es la relación entre la innovación y la estructura socioeconómica.
En un reciente libro de Philippe Aghion, Céline Antonin y Simon Bunel, que , siguiendo la tradición de Joseph Shumpeter, se titula "El Poder de la Destrucción Creativa"(Deusto,2021), se aborda esta relación de una manera que se presta a una interesante reflexión.
Inmediatamente salta a la vista un hecho fundamental. La probabilidad de que una persona realice en su vida adulta una innovación está positivamente correlacionada con el nivel de ingreso de los padres. Concretamente los autores del libro muestran con ejemplos estadísticos de Estados Unidos y Finlandia la presencia de esta vinculación. Es así que concluyen que "la probabilidad de inventar comienza a aumentar abruptamente cuando el ingreso de los padres llega a los deciles supriores de la distribución del ingreso, en particular el 20 por ciento más alto".
Esto muestra, a nuestro juicio, que la forma en que se encuentra organizado el actual sistema socioeconómico distribuye muy desigualmente las oportunidades de los niños. A este respecto es necesario recordar que, en nuestro país de acuerdo a la última medición realizada previo a la pandemia del COVID (2018), el 38.0% de los niños, niñas y adolescentes se encontraban en condición de pobreza multidimensional. Este porcentaje obviamente se debe haber elevado significativamente por el impacto de la pandemia.
Los autores del libro que comentamos también llaman la atención de las razones que están detrás de las desigualdades de la probabilidad de innovar que tienen los niños y adultos debido a las diferencias sociales. Es evidente que los niños de hogares con elevados recursos económicos, manteniendo las otras variables constantes, tienen una más alta probabilidad de lograr niveles más elevados de educación que los que tienen padres con bajos recursos económicos.
En el caso de Panamá un estudio realizado por Unicef para el período 2019 – 2020 mostró que 44,700 niños, niñas y adolescentes se encontraban excluidos de la escuela, mientras que 56,000 jóvenes de 18 a 20 años también se encontraban excluidos de la escuela sin haber terminado la educación media. Por su parte 192,400 estudiantes actuales se encontraban en la categoría de exclusión temporal.
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Además, se observa que, al tener padres con elevados niveles de educación, tienen la posibilidad de contar con el apoyo intelectual de los mismos para avanzar en su educación. Esto es importante, por ejemplo, debido a que los autores del libro que venimos comentando también encontraron una correlación positiva entre las habilidades matemáticas de los estudiantes con sus probabilidades de realizar innovaciones.
Todo lo anterior apunta a que si se pretende una sociedad con un más elevado potencial de innovación hace falta promover una sociedad más equitativa.
Esta deberá financiar y desarrollar una educación pública que permita la democratización efectiva del conocimiento. Lo cual implica, desde luego, empleo decente para los padres, así como una atención especial en educación, salud y alimentación para los niños, niñas y adolescentes.
Esto solo es viable transformando el modelo económico concentrante y excluyente que atrasa el desarrollo democrático, equitativo y ambientalmente sostenible.
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