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La administración de las escuelas públicas panameñas
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Los planteamientos de los teóricos de la modernización educativa, sostienen que es necesario reorientar tanto el modelo como el administrativo de los centros escolares para que se puedan alcanzar mejores niveles de calidad de la educación que imparten los planteles.Esta nueva orientación debe incluir cambios en el rol del docente, la motivación de los educandos y, desde el punto de vista administrativo, descentralizar y desburocratizar las funciones y buscar mayor calidad profesional de quienes administran el sistema.El nivel local o sea, las direcciones de los centros educativos son fundamentales para que las políticas de modernización tengan influencia decisiva en la planificación de los cambios requeridos.La función de los niveles superiores del Ministerio de Educación debe ser la de proveer los lineamientos políticos y técnicos para ejecutar la tarea de modernización, pero las acciones y decisiones específicas de esas políticas deben gestarse en los centros educativos lo que implica el fortalecimiento del rol del director de escuelas.Los nuevos conceptos educativos plantean, por lo tanto, la necesidad de un entorno escolar más democrático, participativo y pretende, además, jerarquizar el centro educativo como ente más importante del sistema ya que es allí donde tiene lugar el proceso de aprendizaje y allí deben tener lugar las innovaciones para elevar la calidad de los resultados del proceso.En nuestro medio estos planteamientos carecen de toda vigencia porque se mantiene un método de dirección y administración escolar autoritario, caprichoso, anárquico y desarticulado, el cual no permite que las políticas modernizadoras, que exige la sociedad y que en alguna medida, emanan de las direcciones técnicas del Ministerio de Educación lleguen a los colegios secundarios y primarios del país.La modernización de la educación se reduce sólo a los publicitarios actos de los funcionarios que hacen ver a la comunidad que en las escuelas se están produciendo cambios cualitativos en los contenidos, en los métodos y en la pertinencia de sus programas.La realidad es otra, porque en los centros escolares se evidencian las mismas realidades que datan de varios lustros y en ninguna forma se avizoran cambios en la forma y en el contexto mismo de la educación.A nuestro criterio, uno de los obstáculos a los que se enfrentan los pretendidos cambios educativos, lo constituyen los funcionarios que a nivel de las direcciones de colegios, deben ejecutar las políticas educativas.Es sabido que las direcciones de escuelas primarias y secundarias son entregadas, por lo general, a personas cuya principal credencial es su compromiso político o personal con quienes detentan el poder en un momento determinado.Esta situación deja en un segundo plano la calidad, eficiencia y visión pedagógica de quienes dirigen el proceso de enseñanza en el nivel local.Es común encontrar en las direcciones de las escuelas públicas del país a funcionarios posesivos, impositivos, irascibles, conflictivos, prepotentes y sin una idea amplia de los cambios que se están operando en la educación nacional y mundial.Sus acciones, generalmente son caprichosas, poco científicas y alejadas de los intereses de la comunidad educativa.No poseen una visión clara de la filosofía de la educación panameña, carentes de preparación práctica y teórica sobre la administración de una organización tan compleja como es el centro escolar y con grandes dificultades para mantener una relación ética con el resto de los actores del proceso educativo.En la mayoría de los casos los esfuerzos administrativos de las direcciones de nuestros centros escolares se concentran, medianamente, a dar uso, sin ninguna planificación, a los fondos provenientes de las partidas periódicas de una ley de impuestos aplicada a todos los contribuyentes y que, sin equidad alguna, sólo llega a los colegios de educación secundaria o media.Ello supone que las tareas académicas, que deben ser esenciales, son atendidas en forma deficiente y dejadas en manos de lo casual y de lo improvisado.Es lastimoso que las escuelas y colegios panameños se conviertan, a menudo, en verdaderos campos de batalla que conllevan un enorme desgaste de energías y esfuerzos en imponer criterios irracionales; dejando al margen la tarea de analizar críticamente las problemáticas de nuestro sistema escolar, profundizar en los objetivos fundamentales del proceso educativo y en la aplicación de los modernos enfoques sobre los desafíos del mundo de hoy.Los consejos académicos, las discusiones de altura, la evaluación de los procesos y en general, la atención a los elementos sustantivos, que en otras épocas constituían la actividad medular de las escuelas, desaparecieron.En su seno se gestan hoy conflictos estériles, estados de tensión innecesarios que a la postre evitan que la colectividad del centro pueda desarrollar al máximo sus capacidades.Esta situación generalmente causada por la falta de objetividad, la carencia de habilidad para resolver problemas y la ausencia de una actitud positiva de quienes dirigen los centros escolares, resta esfuerzos a la solución de grandes tareas educativas afectando al proceso educativo en general.Las direcciones de los colegios y escuelas del país deben estar a cargo de un personal racional, actualizado, cooperativo, participativo, con una formación amplia sobre la problemática educativa nacional y con una clara capacidad para desenvolverse con eficiencia dentro de lo complejo que es una organización escolar en nuestro medio.Con habilidad para organizar y orientar correctamente el trabajo, con sensibilidad, principios, justicia, amplio horizonte cultural, actitud positiva ante lo nuevo y ser capaz de interactuar en la comunidad en que se desenvuelve el centro.Se requiere la búsqueda seria y profesional de ese personal ; es imperante una selección verdaderamente científica que elimine las preferencias políticas y personales.Estamos seguros que ese personal existe, que utilizando métodos serios de selección encontraremos verdaderos dirigentes educativos, preparándolos para los paradigmas que retan al panameño del futuro.Ojalá las nuevas autoridades del ramo dediquen esfuerzos a la búsqueda de mejoras administradores escolares.