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La Cruzada Civilista
Katherine Palacio P./CrÃtica - Publicado:
El 9 de junio se recordó el XXIV aniversario de fundación de la gloriosa Cruzada Civilista.Aunque pocos la recordamos, esos pocos lo hacemos con cariño y la satisfacción del deber cumplido que era la recuperación de la democracia.Nadie imagina lo que vivimos dentro de ese grupo, de esas reuniones y que el espacio no me da; sin embargo, si tuviera que vivirlo nuevamente, lo haría con el corazón.El objetivo valía la pena y muchos sufrieron exilio, golpes, persecución y vejámenes.La Cruzada no existe como tal porque una vez cumplió su cometido, no tenía razón de seguir con vida; sin embargo, ha quedado en el corazón de los cruzadistas y de muchos civilistas que nos acompañaron en las jornadas.En un principio éramos un puñado y los doberman nos dispersaban.Más adelante se nos agregaron otros, pero no tantos como deseábamos y así teníamos altas y bajas que parecía, por momentos, que nos deshacíamos y veíamos los pedazos dispersos.Pero gracias a errores que los militares cometían y nosotros aprovechábamos, revivíamos.Contábamos con una parte de la población en las marchas, pero nos faltaba el pueblo; era difícil conquistarlos porque creían que era un grupo de ricachos que salíamos como locos.A medida que los fuimos indoctrinando, ese pueblo se nos agregó hasta lograr gran cantidad de personas en las manifestaciones.Los cantos, cartelones y consignas los enamoraron hasta convencerlos de que debían apoyarnos.Cuando los políticos entraron al ruedo, porque ese movimiento no podía continuar sin ellos, nos reforzamos y se agregó un elemento indispensable en el mismo.Fue así que los convencimos de ir a las elecciones y se formalizó la nómina ganadora que atrajo a más gente para lograr el triunfo que tuvo que ser anulado por Noriega para afianzarse en el poder.No obstante, nuestro movimiento marchaba aun en el anonimato y terminó como todos sabemos.Aunque escucho a algunos renegar de la invasión, a todos los vi en calle 50 vitoreando a los soldados que nos liberaron.Por más que quieran llamarla invasión, fue una verdadera liberación tras la cual pudimos alcanzar la democracia que, aunque aun no se ha reforzado lo suficiente, es lo que tenemos y no debemos perderla.A mis compañeros cruzadistas les envío un abrazo porque estuvimos en el mismo lado y, si luego no supimos manejar la situación, en nuestro corazón y conciencia queda haber traído la democracia a Panamá.Ya la Cruzada no existe como tal, pero debemos decir a los políticos que respeten la democracia y la continuidad de gobiernos electos.Médico.