Liderazgo y la COVID-19
... ¿qué líderes mundiales han estado a la altura de las circunstancias? ¿han sido los líderes políticos capaces de guiar y motivar al pueblo en este periplo? o por el contrario ¿han sido los líderes religiosos, sociales y empresariales los que han dado ejemplo?
- Mireia Santamaria Cifuentes
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- - Publicado: 18/9/2020 - 12:00 am
A nadie toma por sorpresa encontrar noticias relacionadas con la COVID-19. Ese suceso que ha puesto patas arriba a más de medio mundo y que, de manera prácticamente inaudita, ha conseguido que grandes potencias acerquen posturas y cierren filas en la lucha conjunta para combatir este virus.
La pandemia ha hecho que nos replanteemos muchas de las acciones que desempeñamos a diario, así como también ha puesto en tela de juicio a la clase política a nivel mundial.
Las críticas por parte de la ciudadanía no se hicieron esperar, sistemas sanitarios colapsados, suspensión de salarios, escasez en productos sanitarios y de higiene, etc.
El ser humano ha actuado desde el instinto de supervivencia dentro de la sociedad en la que convivimos.
Ha exigido respuestas y soluciones inmediatas a la clase política y, en muchas ocasiones, esta se ha escudado detrás de los representantes de prensa y comunicación. Queda a criterio personal de cada uno la opinión y crítica al respecto, pero ¿qué líderes mundiales han estado a la altura de las circunstancias? ¿han sido los líderes políticos capaces de guiar y motivar al pueblo en este periplo? o por el contrario ¿han sido los líderes religiosos, sociales y empresariales los que han dado ejemplo?
Si bien es cierto que algunos virtuosos poseen cualidades interpersonales innatas, el liderazgo se hace, no se nace. Del mismo modo, el liderazgo necesita ser legitimado, de lo contrario no es más que una forma de ejercer poder mezclado con algo de buena praxis profesional.
El liderazgo está conformado por un sinfín de virtudes positivas que nutren y alimentan la existencia del seguidor. Algunas de las funciones del líder son ser guía, empoderar y motivar en el camino hacia el éxito a partir de enseñanzas y del ejemplo. Ser fuente de inspiración emanando transparencia desde los valores y la moral.
Estamos en plena era de la sociedad de la información, el escenario tecnológico que nos rodea evoluciona a una velocidad vertiginosa, en muchas ocasiones incluso siendo casi imperceptible. Hemos pasado del Hommo Sapiens al Hommo tecnológico, olvidando las habilidades blandas en el camino. Un contexto donde parece que nos habíamos deshumanizado hasta que llegó una partícula microscópica y nos planteó nuevos paradigmas.
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Cuando todo esto acabe, nos quedarán los recuerdos y las experiencias. Tendremos dos opciones, ver el vaso medio lleno o medio vacío. Dependerá de cada uno de nosotros el rumbo que deseemos tomar, los sueños que querremos materializar, la persona que anhelamos ser.
Todo ello nos llevará al camino para emprender el liderazgo, todos empezamos desde el mismo punto de partida, de nosotros depende si evolucionamos o si nos quedamos en la casilla de salida.
El liderazgo comienza por uno mismo, desde dentro y hacia afuera. Cuando nosotros creemos firmemente en nuestras convicciones, cuando tenemos un nivel de autoconocimiento y conciencia consciente, es cuando empezamos a liderar nuestras propias vidas, de ahí evolucionamos, creamos ejemplo y comenzamos a tener seguidores.
Fíjense en las acciones de los grandes líderes de la humanidad a lo largo de los siglos, muchos de ellos no eran políticos y en ningún momento persiguieron la fama o ser ejemplo de algo. ¿Cómo lograron legiones de seguidores? Siendo honestos con sus acciones y promulgando con el ejemplo.
Estudiante de maestría en Gerencia Estratégica de la Universidad Interamericana de Panamá.
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