Manuel Amador Guerrero
Publicado 2006/11/11 00:00:00
- Olmedo Beluche
Es la descripción precisa del hombre que, en las postrimerías de su vida, jugó un papel decisivo en uno de los sucesos más controversiales de la historia hispanoamericana.
DEL DR. MANUEL Amador Guerrero, el historiador Eduardo Lemaitre dice: "Pero la verdad es que aquel hombre de 70 años no tenía facha de revolucionario. Cuando observamos su retrato y vemos surgir de entre el cuello de pajarita, el rostro marchito, al que los bigotes caídos dan un aire de desgano, de timidez y aún de tristeza, no podemos imaginarlo sino como un abuelo bondadoso, que divierte a sus nietos con el dije de leontina, o como un verdadero médico de familia que aún visita y le mira la lengua a sus pacientes; ni podemos reprimir, en fin, un cierto sentimiento de lástima por aquel anciano a quien misteriosas razones del corazón, que la razón no entiende, lanzaron al torbellino de una aventura contra su propia patria, una aventura en la que había fusiles, y buques de guerra, e intrigas palaciegas y conspiraciones en lujosos hoteles".
Se ha dicho que cada acontecimiento crea sus protagonistas a la altura que las circunstancias exigen. Probablemente, la figura de este antihéroe ocupó la escena central en la creación de la República de Panamá porque, como también se ha dicho, en esta historia sólo hubo "villanos".
Manuel Amador Guerrero, quien es presentado como uno de los adalides de la "nacionalidad panameña", no nació en el Istmo, sino en Turbaco, Cartagena, el 30 de julio de 1833. Procedía de una estirpe contradictoria: su abuelo materno, Manuel Guerrero, encabezó una insurrección de prisioneros españoles que, en 1815, durante el sitio a Cartagena, cierran las puertas de la muralla de Santo Domingo a los patriotas; por el lado paterno, fue sobrino de Juan de Dios Amador, gobernador de Cartagena durante el sitio de Morillo, y de Martín Amador, fusilado por los españoles en 1816.
Nace de la unión de José M. Amador y Mercedes Guerrero. Estudió medicina en la Universidad de Cartagena y emigró a Panamá en 1855, empleándose como médico de la Compañía del Ferrocarril, de la que salieron todos los hilos que promovieron, años después, la separación del Istmo de Colombia. Se vincila a la política local dentro del Partido Conservador, llegando a: miembro del Congreso por Veraguas; Primer Designado del Estado Soberano de Panamá, en 1866; presidente de éste en 1867, aunque no ejerció; Jefe Civil y Militar interino en 1886; asesor del gobernador Víctor Salazar, durante la Guerra de los Mil Días; propuesto como miembro del Senado en 1902, cargo que le fue arrebatado por el Vicepresidente Marroquín, lo cual constituyó, según Lemaitre, uno de sus móviles personales para promover la "separación".
Su militancia conservadora y su relación estrecha con los intereses norteamericanos, pueden explicar por qué desempeñó un papel clave en el en que Teodoro Roosevelt decidió "tomar" Panamá para construir el Canal. Según Ovidio Díaz: "A primera vista, el doctor Manuel Amador Guerrero parecía un candidato muy improbable para liderar una revolución". Dos personajes ocupaban un rol más relevante: José A. Arango, abogado de la Compañía del Ferrocarril; y José G. Duque, dueño de los diarios La Estrella de Panamá y Star & Herald.
En agosto, luego de rechazado el Tratado por el Congreso, los conjurados eligieron un vocero para viajar a EE.UU. para ultimar los detalles de la "separación". Fue Amador Guerrero el escogido, porque su hijo vivía en Norteamérica, motivo personal para justificar el viaje. Pero viajó con él, José G. Duque, siendo recibido de manera expedita por William N. Cromwell, cerebro de la conspiración separatista, prominente abogado de los intereses de la Cía. del Ferrocarril y de la francesa Cía. Nueva del Canal, conectado con Roosevelt.
Mientras dejaba a Amador esperando, Cromwell recibió a Duque, le ofreció la posibilidad de ser el primer presidente de República por crearse y le consiguió, en menos de 24 horas, una entrevista con el Secretario de Estado, John Hay. Pero Duque era cubano de nacimiento y con nacionalidad norteamericana, lo cual sería negativo si se quería presentar la "separación" como un movimiento panameño.
Duque cometió el "error" de comentar a su amigo, el embajador de Colombia en Washington, Tomás Herrán, los reales motivos del viaje de Amador y sus contactos con Cromwell. Lo que motivó que Herrán dirigiera una carta amenazante a Cromwell en el sentido de que los intereses que representaba estarían en juego si participaba de una conspiración separatista. Cromwell tuvo que tratar con Amador a través del Ing. Philippe Bunau Varilla, representante de los accionistas franceses de la Cía. Nueva del Canal.
Hacia 1896, la compañía francesa estaba en quiebra y no podría terminar la obra. Sus accionistas acudieron a Cromwell para convencer al gobierno norteamericano de comprarles los derechos para terminar la vía interoceánica. Cromwell no sólo convenció a su gobierno de renunciar al proyecto de un canal por Nicaragua, sino que, a través del banquero J. P. Morgan, organizó la compra secreta por $5 millones, de parte de las acciones francesas devaluadas que serían revendidas en 40 millones al gobierno norteamericano. De este negociado se beneficiarían no sólo los franceses, cuyo contrato expiraba en 1904, permitiéndoles recuperar su inversión, sino los secretos accionistas norteamericanos, de los que se dice participaban familiares de Roosevelt.
El gobierno de Marroquín, dejando de lado los reclamos referentes a la soberanía que EE.UU. enajenaba para construir una Zona del Canal, se enfocó en tratar de recibir algo de los 40 millones. De manera ingenua, el Congreso colombiano, al rechazar el Tratado Herrán-Hay, señalaba que esperaría al año siguiente, cuando expiraba el trato con los franceses, para obtener algo más. Pero esto fue lo que precipitó la "separación", pues Cromwell y sus asociados temían perder su negociado. De ahí que Amador Guerrero viajara a Nueva York a fines de agosto, y que los personajes con quienes trató fueran Cromwell y Bunau Varilla. De ellos recibió instrucciones precisas para efectuar el movimiento separatista, apoyo económico y la garantía de la presencia de una flotilla de la armada norteamericana que daría cobertura a la "separación".
Consumados los hechos, Amador Guerrero fue enviado a Washington para negociar el tratado del Canal. Pero se encontró con que Bunau Varilla lo había firmado poco antes, escudándose en el cargo de embajador plenipotenciario otorgado por la Junta Provisional. Amador no protestó, limitándose a decir lacónicamente: "creo que hubiéramos hecho un Tratado mejor porque Hay estaba muy bien dispuesto".
A su regreso Amador fue electo Primer Presidente de la República de Panamá, en febrero de 1904, por la Asamblea Constituyente. Sus cuatro años de gobierno estuvieron marcados por la controversia respecto a los fraudes electorales y sobre el destino de los $10 millones pagados por EE.UU. por los derechos de construir el Canal, de los que Cromwell quedó administrando 6 millones. Manuel Amador Guerrero falleció en la ciudad de Panamá en 1910.
Se ha dicho que cada acontecimiento crea sus protagonistas a la altura que las circunstancias exigen. Probablemente, la figura de este antihéroe ocupó la escena central en la creación de la República de Panamá porque, como también se ha dicho, en esta historia sólo hubo "villanos".
Manuel Amador Guerrero, quien es presentado como uno de los adalides de la "nacionalidad panameña", no nació en el Istmo, sino en Turbaco, Cartagena, el 30 de julio de 1833. Procedía de una estirpe contradictoria: su abuelo materno, Manuel Guerrero, encabezó una insurrección de prisioneros españoles que, en 1815, durante el sitio a Cartagena, cierran las puertas de la muralla de Santo Domingo a los patriotas; por el lado paterno, fue sobrino de Juan de Dios Amador, gobernador de Cartagena durante el sitio de Morillo, y de Martín Amador, fusilado por los españoles en 1816.
Nace de la unión de José M. Amador y Mercedes Guerrero. Estudió medicina en la Universidad de Cartagena y emigró a Panamá en 1855, empleándose como médico de la Compañía del Ferrocarril, de la que salieron todos los hilos que promovieron, años después, la separación del Istmo de Colombia. Se vincila a la política local dentro del Partido Conservador, llegando a: miembro del Congreso por Veraguas; Primer Designado del Estado Soberano de Panamá, en 1866; presidente de éste en 1867, aunque no ejerció; Jefe Civil y Militar interino en 1886; asesor del gobernador Víctor Salazar, durante la Guerra de los Mil Días; propuesto como miembro del Senado en 1902, cargo que le fue arrebatado por el Vicepresidente Marroquín, lo cual constituyó, según Lemaitre, uno de sus móviles personales para promover la "separación".
Su militancia conservadora y su relación estrecha con los intereses norteamericanos, pueden explicar por qué desempeñó un papel clave en el en que Teodoro Roosevelt decidió "tomar" Panamá para construir el Canal. Según Ovidio Díaz: "A primera vista, el doctor Manuel Amador Guerrero parecía un candidato muy improbable para liderar una revolución". Dos personajes ocupaban un rol más relevante: José A. Arango, abogado de la Compañía del Ferrocarril; y José G. Duque, dueño de los diarios La Estrella de Panamá y Star & Herald.
En agosto, luego de rechazado el Tratado por el Congreso, los conjurados eligieron un vocero para viajar a EE.UU. para ultimar los detalles de la "separación". Fue Amador Guerrero el escogido, porque su hijo vivía en Norteamérica, motivo personal para justificar el viaje. Pero viajó con él, José G. Duque, siendo recibido de manera expedita por William N. Cromwell, cerebro de la conspiración separatista, prominente abogado de los intereses de la Cía. del Ferrocarril y de la francesa Cía. Nueva del Canal, conectado con Roosevelt.
Mientras dejaba a Amador esperando, Cromwell recibió a Duque, le ofreció la posibilidad de ser el primer presidente de República por crearse y le consiguió, en menos de 24 horas, una entrevista con el Secretario de Estado, John Hay. Pero Duque era cubano de nacimiento y con nacionalidad norteamericana, lo cual sería negativo si se quería presentar la "separación" como un movimiento panameño.
Duque cometió el "error" de comentar a su amigo, el embajador de Colombia en Washington, Tomás Herrán, los reales motivos del viaje de Amador y sus contactos con Cromwell. Lo que motivó que Herrán dirigiera una carta amenazante a Cromwell en el sentido de que los intereses que representaba estarían en juego si participaba de una conspiración separatista. Cromwell tuvo que tratar con Amador a través del Ing. Philippe Bunau Varilla, representante de los accionistas franceses de la Cía. Nueva del Canal.
Hacia 1896, la compañía francesa estaba en quiebra y no podría terminar la obra. Sus accionistas acudieron a Cromwell para convencer al gobierno norteamericano de comprarles los derechos para terminar la vía interoceánica. Cromwell no sólo convenció a su gobierno de renunciar al proyecto de un canal por Nicaragua, sino que, a través del banquero J. P. Morgan, organizó la compra secreta por $5 millones, de parte de las acciones francesas devaluadas que serían revendidas en 40 millones al gobierno norteamericano. De este negociado se beneficiarían no sólo los franceses, cuyo contrato expiraba en 1904, permitiéndoles recuperar su inversión, sino los secretos accionistas norteamericanos, de los que se dice participaban familiares de Roosevelt.
El gobierno de Marroquín, dejando de lado los reclamos referentes a la soberanía que EE.UU. enajenaba para construir una Zona del Canal, se enfocó en tratar de recibir algo de los 40 millones. De manera ingenua, el Congreso colombiano, al rechazar el Tratado Herrán-Hay, señalaba que esperaría al año siguiente, cuando expiraba el trato con los franceses, para obtener algo más. Pero esto fue lo que precipitó la "separación", pues Cromwell y sus asociados temían perder su negociado. De ahí que Amador Guerrero viajara a Nueva York a fines de agosto, y que los personajes con quienes trató fueran Cromwell y Bunau Varilla. De ellos recibió instrucciones precisas para efectuar el movimiento separatista, apoyo económico y la garantía de la presencia de una flotilla de la armada norteamericana que daría cobertura a la "separación".
Consumados los hechos, Amador Guerrero fue enviado a Washington para negociar el tratado del Canal. Pero se encontró con que Bunau Varilla lo había firmado poco antes, escudándose en el cargo de embajador plenipotenciario otorgado por la Junta Provisional. Amador no protestó, limitándose a decir lacónicamente: "creo que hubiéramos hecho un Tratado mejor porque Hay estaba muy bien dispuesto".
A su regreso Amador fue electo Primer Presidente de la República de Panamá, en febrero de 1904, por la Asamblea Constituyente. Sus cuatro años de gobierno estuvieron marcados por la controversia respecto a los fraudes electorales y sobre el destino de los $10 millones pagados por EE.UU. por los derechos de construir el Canal, de los que Cromwell quedó administrando 6 millones. Manuel Amador Guerrero falleció en la ciudad de Panamá en 1910.
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