Retos para los futuros abogados por la COVID-19
Este virus pondrá a prueba a todos los nuevos colegas, se determinará quién es quién y se destacarán los mejores en su desempeño, al cumplir con las necesidades de sus clientes, y a los colegas existentes, al trascender en un nuevo legado a las nuevas generaciones.
Los abogados deberán buscar alternativas para la resolución de conflictos que garanticen la reducción de los procesos legales en los tribunales. Foto: Archivo.
Antes de la llegada del poderoso virus, como abogados teníamos una forma de trabajar muy famosa y particular, caracterizada por su gran tradicionalismo, sumergida en la burocracia de un antiguo sistema de justicia, que enmarca la imagen negativa y baja reputación de la abogacía como parte de la manifestación real ante la sociedad y catalogada a nivel mundial como una de las profesiones más corruptas, con la realización de actividades que menoscaban la figura de la ética y la transparencia jurídica que da como resultado graves consecuencias negativas que, al final, nos afectan en el ámbito jurídico.
El virus de la COVID-19, como principal responsable de la situación en la que nos encontramos, más allá de lo negativo, nos brinda un análisis profundo sobre la implementación de nuevos modelos de negocio en el ámbito jurídico, los cuales incluyen la implementación y adecuación de nuevos procesos, requerimientos, gestiones internas, objetivos, perspectivas y nuevas fronteras, para los estudiantes graduandos y los que estén por convertirse en los nuevos profesionales del derecho de nuestro país, la cual consiste en realizar un giro de 180 grados, en la actual forma de trabajar a nivel jurídico, abriéndonos a nuevos horizontes, donde lo arcaico y metódico quedan atrás y se inicia una nueva etapa en el sector legal donde se valora el tiempo, las herramientas, el talento humano y el espacio de trabajo.
Ahora nos preguntamos: ¿El virus nos ha hecho más competitivos en este campo?, pues claro que sí, en virtud de que somos 26,392 abogados a nivel nacional, donde muchos aún se basan en metodologías antiguas con resultados altamente efectivos en su momento, pero no significa que estas sean permanentes.
Cabe resaltar que son formas muy estables, a través de los años, de trabajar para muchos juristas hoy día, a raíz de lo enseñado en la universidad, pero que a partir de ahora son insuficientes para el futuro de los nuevos abogados.
Esta reflexión, nos hace reaccionar, despertando y abriendo los ojos, analizando la zona de confort en la que nos encontrábamos, haciéndonos más humanos, inteligentes, competitivos y trabajadores con profunda pasión, donde nuestra prioridad es defender y proteger a los que así lo necesiten hasta agotar todas las vías necesarias haciendo lo correcto, en esta hermosa profesión del derecho.
Este virus pondrá a prueba a todos los nuevos colegas, se determinará quién es quién y se destacarán los mejores en su desempeño al cumplir con las necesidades de sus clientes, y a los colegas existentes al trascender en un nuevo legado a las nuevas generaciones.
Los principales retos deben centrarse en la satisfacción del cliente, la implementación de grandes aliados en el negocio jurídico, la adaptación al cambio como parte del perfil jurídico y en la innovación de los servicios jurídicos, convirtiéndose en socios estratégicos del negocio, adquiriendo roles adicionales a los que un abogado maneja actualmente, conviviendo con un virus que obstaculiza considerablemente, la forma de trabajar con los clientes del mañana en el que debe ser primordial mantenerse dentro de una transformación digital que colabore con el perfil del abogado cumpliendo a cabalidad con la satisfacción del cliente en tiempo y espacio.
Los nuevos abogados deberán enfocarse en los siguientes puntos:
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• Trabajar con las nuevas tecnologías en todos los rubros legales a nivel nacional para lograr una justicia equitativa, con mayor agilidad para cumplir con lo requerido por el cliente.
• Eliminar las metodologías antiguas de trabajo convirtiéndonos en abogados más prácticos y eficientes.
• Ser agentes de cambio, para erradicar nuestra mala reputación como abogados ante la sociedad, y de la premisa de que solo los mejores abogados provienen de las grandes firmas.
• Buscar alternativas para la resolución de conflictos que garanticen la reducción de los procesos legales en los tribunales, cambiando la consigna "es mejor un mal trato que un juicio", toda vez que si se logra un gran trato entre las partes, las ventajas logradas son mayores.
• Reducir los costos operativos a fin de que el procedimiento legal sea realizado de forma productiva en tiempo y en las herramientas utilizadas.
• Implementar servicios legales innovadores y diferenciadores para lograr una mayor captación de clientes.
Si cumplimos estos retos, tendremos un impacto positivo ante la sociedad en el campo jurídico, con el valor agregado de la optimización de los servicios jurídicos, brindados por los nuevos profesionales del derecho.
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