Panamá
Un Dios que se acerca
¿Pero quién es Dios? Él es la fuente de la vida, quien no tiene principio ni fin, quien creó todo de la nada.
- Monseñor Rómulo Emiliani
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- - Actualizado: 12/12/2022 - 12:00 am
¿Pero quién es Dios? Él es la fuente de la vida, quien no tiene principio ni fin, quien creó todo de la nada. Quien mantiene todo vivo, en un universo que se extiende, de millones de galaxias, teniendo cada una de ellas millones de estrellas, algunas más grandes que el sol, y que creó al ser humano a su imagen y semejanza. Un ser tan insignificante tomando en cuenta donde vivimos y que lugar ocupamos en el espacio. Nuestro sistema solar es parte de una galaxia donde hay millones de soles, siendo nuestro planeta uno pequeño que gira alrededor del sol. Y yo me creo la gran cosa, cuando además de eso sabemos que el más rico de todos y el más pobre de la tierra, nos moriremos algún día. La muerte nos enseña además de lo insignificante que somos en relación con el universo, a ser humildes.
Pues ese Dios, que no cabe en el universo, que lo trasciende, además de fundamentarlo, nos amó tanto, que quiso hacerse como nosotros. Y eso pasa cuando uno ama de verdad, quiere hacerse semejante a la gente que uno ama e inclusive, correr su misma suerte. Por eso viene la encarnación, suceso único, trascendente, inimaginable para cualquier mente humana, que de hecho sobrepasa todo entendimiento. Ese Dios eterno, infinito en sabiduría, poder, misericordia, paz, se hace hombre, diminuto, vulnerable, diríamos insignificante, expuesto a todo lo que experimenta un ser humano: enfermedad, sufrimiento, cansancio, tensión emocional, angustia, y lo que es peor, morir como nosotros, y además asesinado, algo terrible. Y todo por amor. Esa es la más grande prueba de amor que se pudo dar. La muerte en cruz fue una consecuencia de ese acto trascendental. Imagínate a nuestro Dios, que sostiene el universo entero en la palma de su mano, y se detiene a mirar un planeta que da la vuelta al sol, y decide encarnarse en una mujer sencilla que vive en un pueblito llamado Nazaret y además nace en un diminuto pueblo conocido como Belén. Y eso como que no tiene lógica. ¿Por qué fijarse en ese insignificante planeta y buscar una nación nada poderosa, y gente pobre en lugares muy pobres, para encarnarse? Bueno, porque el amor es así, pura misericordia, compasión sin límites.
En su infinita sabiduría escogió lo más insignificante para hacerlo suyo y abrazar así a la gran mayoría de personas en el mundo que no cuentan, no tienen poder, y así identificarse con los que más sufren, sin excluir a nadie. Haciéndolo así puede a su vez abarcar a todos sin dejar a nadie fuera. No hay en Dios elitismo ni clasismo. Todos tienen cabida en su corazón amantísimo.
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