Naturaleza
Biólogo reivindica a las culebras: 'Los perros y gatos transmiten más enfermedades que ellas'
El herpetólogo Mario Urriola trata de impulsar el respeto a las serpientes ofreciendo docencia a través de las redes sociales.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 30/9/2020 - 11:42 am

Mario Urriola es un rescatista de serpientes.
Mariano Hernández se dirigía hacia su finca cuando una serpiente se cruzó en su camino. Acto seguido desenfundó el machete, lo dirigió a la cabeza del reptil y de un tajo acabó con su existencia. ¡Muerto el bicho, se fue el peligro!, exclamó y siguió su andar.
Episodios como este se repiten a diario en muchas zonas de Panamá, mientras al mismo tiempo en otras áreas del país el biólogo Mario Urriola y sus colegas luchan por reivindicar el respeto a la vida silvestre, especialmente al de las culebras.
Urriola, especialista en herpetología y rescate, es un férreo defensor de estos reptiles, a su juicio condenados injustamente por los mitos y su mezquina belleza.
¿Cómo se combate entonces la cultura de que las serpientes son sinónimo de muerte y de que hay que asesinarlas de inmediato? Para el integrante de la Fundación Biodiversidad Tropical la respuesta es sencilla: con educación.
"Se combate cuando se enseña a las personas, principalmente a los niños desde pequeños, que un animal no es peligroso solo por ser feo o porque mi abuelita me dijo que era un asesino en potencia. Tenemos cerca a animales mucho más peligrosos, que viven con nosotros en las casas, que los ponemos a dormir con nosotros. Por ejemplo los perros y los gatos transmiten más enfermedades. Pero cuando oímos la palabra serpiente la asociamos con algo peligroso, con algo del mal", destacó Urriola.
El comportamiento defensivo de la gente, según Urriola, está ligado a las creencias o mitos con los que se les formó. Explica que si una persona se encuentra con un ofidio y mantiene una distancia de al menos dos metros, no debe haber problema.
Si la culebra ingresó al domicilio, el manejador de la vida silvestre manifestó que pueden mandarle fotos a su cuenta de Instagram (mario_serpentario) o al de los otros rescatistas que hay a nivel nacional para que se tomen las acciones pertinentes. En el caso de que esté cerca de animales como perros o gatos, Urriola aconsejó apartarlos de las serpientes.
Especies de serpientes
Urriola detalló que hay 154 especies descritas de culebras en Panamá, de las cuales 26 son venenosas. Estas últimas se dividen en la familia de las víboras y elápidos.
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"Las víboras son serpientes venenosas que paren a sus crías vivas como las equis, patocas, verrugosas, mano de piedra y cualquiera de ellas con cabeza ancha. El otro grupo son corales, animales que generalmente no son más grandes de 60 centímetros, aunque hay unas más grandes", comentó
El biólogo enumeró cinco, que en Panamá son las más peligrosas, debido a su cercanía con el ser humano.

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"Equis, patocas, que hay dos especies descritas en Panamá, las mano de piedra y las víboras de pestañas. Estas podrían estar más cercas de las personas, pero porque la gente se muda a vivir cerca del animal", comentó.
De ellas la más común es la equis, que está en todo el país. De las patocas hay una especie que está en la zona del Caribe y otra en la región del Pacífico.
Urriola precisó que de acuerdo con los últimos reportes, por año se registran unas 1,500 mordeduras de serpientes venenosas, que causan pocas o ninguna muerte.
Sobre el manejo de las personas mordidas, el rescatista destacó que más allá del antídoto el tema es que el personal de salud no cuenta con el equipo para manejar la situación.
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"Tenemos una campaña desde hace tres años y esperamos que uno de esos gobiernos entienda que hay que dar capacitación en los hospitales para que conozcan y aprendan sobre las especies, cómo actúa el veneno y cómo comportarse ante una mordedura", puntualizó.
En esta línea Urriola considera que si se promueve el turismo de aventura, los gobiernos también deberían preocuparse por incentivar educación al respecto, a fin de evitar accidentes.
"Hay un eslogan que usamos, para conocer la naturaleza hay que empezar por respetarla. Decir que me gusta la naturaleza no es seleccionar lo que es bonito o lo que me gusta, todo es parte de un complemento", sentenció.
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