Mujeres afrodescendientes enfrentan múltiples formas de discriminación en Panamá
"Panamá sigue siendo un país racista, que además no lo reconoce", revela Investigación sobre Acción local para la Prevención y Atención de la Violencia hacia Mujeres Afrodescendientes en Panamá.
Investigación sobre Acción local para la Prevención y Atención de la Violencia hacia Mujeres Afrodescendientes en Panamá. Foto: Archivos
Panamá ha perdido el 50% de su Índice de Desarrollo Humano Afectado por el Género, lo que lo deja al mismo nivel de Namibia en África, advirtió Aracelys De León, directora del Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá.
El Programa de Adolescencia y Juventud, UNFPA Panamá, presentó este jueves la Investigación sobre Acción local para la Prevención y Atención de la Violencia hacia Mujeres Afrodescendientes en Panamá, un estudio regional de la cual participaron ocho países de la región. En Panamá la encuesta se aplicaron en San Miguelito y Colón donde converge el 50% de la población afrodescendiente.
Panamá ha dado grandes pasos hacia el reconocimiento de las personas afrodescendientes, sin embargo, la situación sigue siendo crítica para las mujeres que enfrentan múltiples formas de discriminación por razones de género y etnia, advierte Edilma Berrío, analista de Programa de Adolescencia y Juventud, UNFPA Panamá.
Las mujeres afrodescendientes no están en las estructuras de poder y en los espacios de toma de decisiones, revela la encuesta dirigida a funcionaria. Así mismo, destaca el informe que las principales leyes contra la violencia en Panamá no hacen referencias a las mujeres afrodescendientes. Panamá no cuenta con una estadística sobre la violencia basada en género hacia las mujeres afrodescendientes, tampoco se identificaron acciones encaminadas para prevenirla, detalló la investigadora Xiomara Rodríguez.
"Panamá sigue siendo un país racista, que además no lo reconoce", indicó Rodríguez. Las encuestadas también coincidieron en que ser mujer afro las hace sujeta de discriminación tanto por el color de la piel, sus rasgos fenotípico, su cabello, su sensualidad, siendo sometidas a improperios peyorativos.
El informe revela una percepción de violencia de las mujeres afrodescendientes en temas como: salud sexual y reproductiva, en el ámbito escolar, laboral, en la comunidad, en la familia, en niñez y adolescencia, además de enfrentarse a la violencia simbólica.
El 14.6% de las encuestadas sufrió algún tipo de violencia durante el embarazo, 12.3% de la que parieron en los últimos años fueron sometidas a insultos y bromas por parte del cuerpo médico; 7.7 considera que fue por motivos de discriminación, destacó la investigadora Eusebia Solís.
En cuanto a la violencia en el ámbito escolar, el 41.1% de las encuestada asegura haber sido molestada por su cabello o por sus peinados de origen africano, solo el 52.5% los denunció.
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A pesar de que los niveles educacionales de la mujer afrodescendiente es alto y superior a los otros grupos, no se refleja en una relación laboral, están en desventajas económica y salarial, revela el informe. Un 27% de las encuestadas aseguró haber sido víctimas de acosos sexuales, solicitud de favores sexuales y bromas sexuales en el ámbito laboral.
La realidad de la población de mujeres afrodescendientes encuestadas arrojó un 15.4% desocupada o buscando trabajo, 23% trabajadora informal, 3.2 trabajadoras doméstica remunerada y el 0.99 trabajadoras doméstica no remunerada.
En el ámbito familiar, el 72.14% de las encuestadas se reconoce víctima de violencia física durante algún periodo de su vida.
Con este informe se busca visibilizar una situación largamente ocultada, advierte Nelly Herrera, directora encargada del Instituto Nacional de la Mujer. Herrera reconoce que hace faltas diagnósticos científicos para poder crear acciones, generar y transformar las políticas públicas en Panamá.
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