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"Tito" Rojas sigue bajo medicamentos
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Tras cuatro años de ausencia, el salsero boricua Tito Rojas, de 47 años de edad, volvió a encender a su fanaticada panameña con su presencia en el arranque del carnaval capitalino, donde momentos antes admitió haber regresado redimido y aún bajo tratamiento médico, producto de la afección en los pulmones y en el corazón que lo mantuvo hace un año al borde de la muerte."Tú sabes que he chocado con la vida tantas veces,...pero Dios me ha dado oportunidades y me ha llenado de bendiciones", manifestó el también llamado "Gallo Salsero", quien llegó al país con un disco nuevo bajo el brazo denominado precisamente "Perseverancia" y del que ya se escucha con insistencia el tema "Después de Dios, las Mujeres".Rojas aseguró que por el momento se siente muy bien, aunque aún debe tomar medicamentos."Antes me estaba tomando ocho pastillas y ahora me estoy tomando cinco.¡Ah! y cuando me pasan las ocho horas me puedo tomar una cervecita", comentó sonreído."Pero sí, estoy más casero, ya soy abuelo, mi esposa está bien contenta conmigo, me quedo en casa viendo novelas y todo eso, estoy más tranquilo que nunca", explicó el intérprete de "Qué más tu quieres de mí".Rojas aseguró que el regalo más grande que le ha dado Dios es su primer nieto, que nació el día de Reyes en Puerto Rico.Señaló que aunque decidió no trabajar mucho y aumentó por ello hasta el precio de su orquesta, no para, porque la gente lo sigue solicitando constantemente.Los actos vandálicos contra las cabinas telefónicas y los teléfonos públicos en general demuestran el grado de inconsciencia de algunos jóvenes, quienes en su momento de ocio se dedican a destruir estos aparatos, ignorando la importante misión y utilidad de este servicio.Un ejemplo claro son las dos cabinas telefónica ubicadas en la avenida Manuel Espinoza Batista, contigua con la vía Argentina, las que se encuentran destrozadas desde hace varios meses, producto del desenfreno y del poco importa de ciertos elementos de esta sociedad.En un momento de emergencia estas cabinas le pudieran salvar la vida a cualquier ciudadano, empero en el estado en que se encuentra no puede ser posible.Estas son sólo algunas de las situaciones negativas con las que nos encontramos en Panamá.Acabar con sólo uno de estos dilemas, ganaríamos todos.