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Vivir con corazón artificial
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Una niña argentina de 18 meses se recuperó de la cardiopatía congénita que padecía un mes después de que se le implantó un corazón artificial.Berenice Molina fue dada de alta, del hospital Pedro de Elizalde, en Buenos Aires, cuyas autoridades destacaron la "espectacular mejoría" de la pequeña."La función del corazón fue mejorando de a poquito.Ahora la nena deambula y ha aumentado dos kilos en los últimos 40 días", señaló el cirujano Florentino Vargas, jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del centro médico estatal.Berenice, nacida en la provincia de Santa Fe, en el centro de Argentina, llegó al hospital con un diagnóstico de anomalía coronaria y miocardiopatía dilatada, afección que los médicos le detectaron hace siete meses, cuando la pequeña padeció su primera neumonía.Debido al severo deterioro del ventrículo izquierdo, que se hallaba dilatado y aneurismático, se excluyó la posibilidad de realizar un reimplante de la arteria coronaria izquierda en la aorta, una cirugía convencional, y se optó por un trasplante cardíaco.Pero su situación empeoró en la espera de un donador.La dilatación del ventrículo izquierdo progresó hasta un diámetro mayor que el de un corazón adulto y este cuadro obligó a ingresar a la bebé de siete kilogramos de peso en una unidad de cuidados intensivos, donde se le aplicaron medicamentos por goteo para que su órgano vital pudiera contraerse.La dependencia farmacológica y la aparición de un trombo (coágulo) en la aurícula izquierda complicaron el cuadro médico, por lo que los galenos decidieron efectuar el implante de un corazón artificial.Vargas dirigió las gestiones para importar desde Alemania el corazón artificial, que costó casi 100 mil dólares.En una entrevista que concedió a EFE, el cirujano subrayó que "con el paso de las semanas existe la posibilidad de que pueda mejorar la función ventricular y que se desconecte a Berenice del corazón artificial.La posibilidad es muy remota, pero está".El corazón de Berlín (o dispositivo mecánico de asistencia ventricular) es una bomba de flujo axial de 180 gramos, conformada por una unidad de control, batería principal y de emergencia.Esto se transporta fuera del cuerpo, sobre el abdomen del paciente.El órgano artificial va conectado al corazón de la persona, por medio de dos tubos.Uno al ventrículo izquierdo, donde “aspira” la sangre y la inyecta en la aorta, desde donde lleva la sangre al cuerpo.El otro tubo se conecta a la unidad de control."En Europa ya se han colocado unos 100 corazones de Berlín y en Estados Unidos ya se realiza la técnica en los principales centros cardiovasculares", resaltó Vargas, esta vez a BBC Mundo.La "vida útil" del dispositivo es variable, depende de la tolerancia del paciente.A un mes de la intervención de Berenice, Vargas y sus colaboradores explican que su mejoría ha sido constante y someterla a controles periódicos.El corazón de Berlín (o dispositivo mecánico de asistencia ventricular) es una bomba de flujo axial de 180 gramos, conformada por una unidad de control, batería principal y de emergencia.Esto se transporta fuera del cuerpo, sobre el abdomen del paciente.“En Europa ya se han colocado unos 100 corazones de Berlín y en Estados Unidos ya se realiza la técnica en los principales centros cardiovasculares”, resaltó Vargas, esta vez a BBC Mundo.Berenice Molina fue dada de alta, del hospital Pedro de Elizalde, en la ciudad de Buenos Aires, cuyas autoridades destacaron la “espectacular mejoría” de la pequeña.