Famosos padres homosexuales

El concepto tradicional de la familia, conformada por padre, madre e hijos, ha dado paso a otras variantes. Aunque muchos no lo aprueben, la estructura familiar ya no es solo heterosexual.

Uno de los puntos más controversiales sobre los derechos de las parejas homosexuales es, después del matrimonio, la adopción de niños. Para fortuna de la comunidad gay, las leyes se han modificado al grado de que puedan formar una familia de la misma forma como lo hacen las parejas heterosexuales. España, Canadá, Argentina, Israel, México y Uruguay son los primeros países que han legalizado la adopción del mismo sexo.

Aprovechando esta oportunidad, varias son las celebridades declaradas abiertamente homosexuales que han decidido hacer valer sus derechos de adoptar. Mientras, otros eligieron el vientre de alquiler o inseminación artificial. 

Madres y padres ‘gays’

Tal vez uno de los famosos más representativos de la comunidad gay es el cantante británico Elton John, de 68 años, quien decidió formar una familia con su esposo, David Furnish, a quien conoció en 1993. John y su pareja durante 17 años, trataron de adoptar un huérfano ucraniano de 14 meses llamado Lev y a su hermano, Artyom, de 3 años de edad. Pero después de cientos de obstáculos legales, se dieron por vencidos. Después de un cierto tiempo se dieron cuenta de que tenían la opción de un vientre de alquiler. Así fue como nació Zachary y su hermano menor, Elías, ambos de la misma mujer. 

A pesar de todas las limitaciones en ese momento, la actriz y comediante estadounidense Rosie O'Donnell adoptó junto a su expareja Kelli Carpenter, una niña, Dakota, que se unió a los cuatro que ya tenía Rosie O'Donnell. 

El cantante puertorriqueño Ricky Martin reconoció su homosexualidad por medio de una carta publicada en su web oficial. Pero para entonces, ya era padre soltero de los mellizos Mateo y Valentino, fruto de una madre sustituta. 

Neil Patrick Harris, Barney en la afamada serie “How I met your mother”, y su pareja, David Burtka, ambos de 37 años, son padres de mellizos, quienes fueron concebidos a través de un vientre de alquiler.

La protagonista de la serie “Sex and the City” Cynthia Nixon se casó con su pareja, Christine Marinoni, y fueron madres en febrero de 2009. Marinoni tuvo la tarea de tener al hijo de ambas, Max, en su vientre.

¿Afecta su desarrollo?

En la sociedad y en el terreno de la psicología, pueden encontrarse voces a favor y en contra. Se oponen a que parejas del mismo sexo críen niños, argumentando que los niños no tendrán un buen ambiente familiar en el que puedan desarrollarse.

Sin embargo, un nuevo estudio realizado por el sociólogo de Stanford, Michael Rosenfeld, que se encuentra basado en cifras del Censo del 2000, nos da evidencias que demuestran el buen desempeño de los menores criados por parejas homosexuales.

El estudio abarca alumnos desde el primero hasta noveno grado, y según sus hallazgos, el 7% de los menores de familias tradicionales se rezagaron hasta un año, contra un 9.5% de los hijos adoptados por parejas gays que repitieron curso. “A final de cuentas, las cifras del censo ilustran que no es para nada desventaja en sí misma que un menor sea hijo adoptivo de pareja gay. La estructura familiar es un factor determinante menor”, comenta Rosenfeld. El estudio en cuestión sostiene que los hijos de parejas y matrimonios gays presentaban una baja tasa de repetición de curso, respecto a sus condiscípulos criados por parejas heterosexuales en unión libre, e incluso por familias monoparentales (casi siempre madres solteras).

Desde luego, el profesor de Stanford no espera cambiar los criterios arraigados de buena parte del público, opuesta a dichas uniones. Tan solo aporta datos novedosos que sirvan para una discusión fundada de si un hijo adoptado por gays saldrá o no adelante en la vida. 

En este sentido, el psicólogo Fernando Gómez explica que el tema es muy controversial, pero enfatiza que no hay una sola prueba que diga que los niños criados por parejas homosexuales tengan algún daño psicológico en el futuro. Tampoco tienen desventajas.

“El daño no se los van a hacer los padres, sino la sociedad que discrimina a estos niños por ser hijos de padres y madres del mismo sexo. De la manera como los mira la sociedad esto puede provocar que los niños sufran señalamientos, estigmatización o discriminación”, opina el facultativo, quien además agrega que “para que una familia de hijos y padres homosexuales funcione, la sociedad tiene que quitarse ese morbo que existe aún en muchos países”.