Fallece la fundadora de Carven

Marie-Louise Carven-Grog, decana de la moda francesa y fundadora de la casa de costura Carven, falleció hoy en París a los 105 años, informaron fuentes de su entorno.

Carven-Grog, conocida también por su nombre de soltera, Carmen de Tommaso, nació en 1909 en Châtellerault, en el centro de Francia, y tras estudiar Bellas Artes fundó en 1945 la firma de moda a la que le dio su nombre.

Con solo 1.55 metros del altura, su objetivo pasaba por diseñar ropa que no estuviera reservada a las modelos, a las que llamaba “jirafas del lujo”, una estrategia que la hizo popular entre las mujeres japonesas.

Carven-Grog, que llegó a vestir a estrellas como la cantante Edith Piaff, inventó en 1950 y junto con la modista Rose Lebigeot, el sujetador “balconet”, con escote bajo y las tiras separadas y se inscribió entre los modistos que querían democratizar la moda a través del prêt-à-porter.

Años después, y movida siempre por el ansia de innovar, introdujo los motivos étnicos en sus diseños y en los años sesenta se atrevió con los uniformes de Air France o de los deportistas franceses que participaban en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976.

Dejó la moda en 1993 y poco después fue condecorada con la Legión de Honor de Francia. Tras una serie de sucesivas compras del grupo, Guillaume Henry se situó al frente de la dirección artística de Carven en 2009, hasta que fue reemplazado en 2015 por Alexis Martial y Adrien Caillaudaud.

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Marie-Louise Carven-Grog, decana de la moda francesa y fundadora de la casa de costura Carven, falleció hoy en París a los 105 años, informaron fuentes de su entorno.

Carven-Grog, conocida también por su nombre de soltera, Carmen de Tommaso, nació en 1909 en Châtellerault, en el centro de Francia, y tras estudiar Bellas Artes fundó en 1945 la firma de moda a la que le dio su nombre.

Con solo 1.55 metros del altura, su objetivo pasaba por diseñar ropa que no estuviera reservada a las modelos, a las que llamaba “jirafas del lujo”, una estrategia que la hizo popular entre las mujeres japonesas.

Carven-Grog, que llegó a vestir a estrellas como la cantante Edith Piaff, inventó en 1950 y junto con la modista Rose Lebigeot, el sujetador “balconet”, con escote bajo y las tiras separadas y se inscribió entre los modistos que querían democratizar la moda a través del prêt-à-porter.

Años después, y movida siempre por el ansia de innovar, introdujo los motivos étnicos en sus diseños y en los años sesenta se atrevió con los uniformes de Air France o de los deportistas franceses que participaban en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976.

Dejó la moda en 1993 y poco después fue condecorada con la Legión de Honor de Francia. Tras una serie de sucesivas compras del grupo, Guillaume Henry se situó al frente de la dirección artística de Carven en 2009, hasta que fue reemplazado en 2015 por Alexis Martial y Adrien Caillaudaud.

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Visionaria como pocas y, lo mejor, sin querer. Madame Carven fallecía hoy a los 105 años en el mismo París que le vio convertir su deseo de encontrar ropa para chicas menudas, como ella, en una poderosa marca de moda y belleza. De Édith Piaf (que medía menos de metro y medio) a un sinfín de mujeres de todas alturas y edades sucumbieron a la delicadeza de esta apasionada del arte que en 1959 diseñó una colección inspirada en los cuadros de Velázquez. La recordaremos siempre.

En 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, Marie-Louise Carven-Grog, Madame Carven, fundó su propia casa de modas -como se decía antaño- ante la dificultad de encontrar ropa que le gustara y favoreciera debido a su baja estatura (1,55 cm). La maison Carven muy pronto caló entre celebridades como la cantante Édith Piaf (medía 1,47 cm), así como en el público japonés (por su escasa altura), lo que le otorgó una rápida visibilidad que se vio culminada con el lanzamiento del perfume Ma Griffe, considerado un tesoro de tocador. Hoy la menuda señora Carven nos ha dejado a los 105 años en su querido París.

Brocados, lazos y delicados pero sugerentes escotes, en definitiva, una sutil elegancia y sofisticación, marcaron sus diseños, que entusiasmaron a la cantante Jacqueline François, quien en 1949 hacía referencia a sus vestidos ("les robes de chez Carven") en su canción Mademoiselle de Paris. En 1959 Madame Carven dedicó una colección entera a la belleza española, inspirada por unos cuadros de Velázquez. Y es que su pasión por el arte siempre la acompañó en su carrera como diseñadora, puesto que de joven había estudiado Bellas Artes.

Coétanea de Christian Dior y Pierre Balmain, fue pionera en ponerse el mundo por montera y viajar con sus colecciones a través del mundo para ampliar horizontes a nivel comercial. Y cultural, claro. De hecho fueron continuas sus referencias a comunidades ancestrales y exóticas, una rareza en la moda de la época.

Aunque esta sabia de la moda se retiró hace tiempo de la gestión de la firma que lleva su apellido, el suyo es un caso de éxito en cuanto a resucitar una marca se refiere. Tras un periodo en el olvido y únicamente activa en la perfumería, en el año 2009 revivió. El cometido de rejuvenecer la enseña y legado recayó en Guillaume Henry, un joven diseñador francés que se había formado en Givenchy. Chicas it como Alexa Chung, Emma Stone, Emma Watson o Diane Kruger se postularon como las mejores embajadoras de la casa. Después de que a finales de 2014 Henry anunciara su salida de la casa, este año se confirmaba a Alexis Martial y Adrien Caillaudaud como nuevos directores creativos de la maison.