Actualizan código para anular los matrimonios

EL VATICANO publicó ayer la primera guía revisada para la anulación de los matrimonios en casi 70 años, pero un veterano cardenal no pudo decir si haría descender el elevado número de anulaciones en todo el mundo.

El manual de 111 páginas, titulado Dignitas Connubii (la dignidad del matrimonio), es un código legal complejo para uso de los tribunales diocesanos de la Iglesia Católica que deciden las anulaciones matrimoniales.

La ley católica prohibe el divorcio, pero permite a los creyentes volverse a casar por la Iglesia si consiguen antes una declaración de anulación de la unión.

Más de 50 mil anulaciones se conceden cada año en todo el mundo, aproximadamente dos tercios de ellas en Estados Unidos.

Muchos líderes de la Iglesia creen que los tribunales diocesanos que toman la mayor parte de estas decisiones dan demasiadas anulaciones.

Los críticos ridiculizan el proceso llamándolo el "divorcio católico", disponible para aquellos que lo pueden pagar.

"Este código tiene como objetivo ayudar a los tribunales a verificar la verdad", dijo a los periodistas el cardenal español Julián Herranz, responsable del Consejo Pontifical de Textos Legislativos.

Consultado por sus efectos, dijo que era demasiado pronto para decir si el nuevo código reduciría el número de anulaciones.

En la ley de la Iglesia, una anulación es un fallo que viene a decir que nunca existió un verdadero matrimonio.

Es distinto del divorcio civil, que es una sentencia por la que se reconoce el fracaso de un matrimonio legalmente registrado.

Habitualmente, la anulación se concede bajo el precepto de que una o las dos partes no reunían las requisitos previos para el matrimonio, tales como la capacidad psicológica para comprender el compromiso que entraña.

También se puede otorgar la anulación si uno de los dos cónyuges ocultó algo al otro, como un matrimonio anterior, esterilidad o impotencia.

Por otro lado, el Vaticano reiteró que los católicos divorciados que han vuelto a casarse por el rito civil no pueden recibir la comunión, aunque precisó que estos fieles "no están excomulgados" y no deben sentirse marginados por el hecho de no poder comulgar.

Así se expresaron el cardenal Julián Herranz, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, y el obispo Doménico Sorrentino, secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

De las más de 50 mil anulaciones por año, dos tercios corresponden a Estados Unidos.

Para la Iglesia Católica, una anulación es un fallo que viene a decir que nunca existió un verdadero matrimonio.

Se concede bajo el precepto de que no había la capacidad psicológica para comprender el compromiso adquirido o por ocultar un matrimonio anterior, esterilidad o impotencia.