Panamá
Sí, yo te alabo Señor
Yo te alabo Señor por tu ser, que no tiene principio ni final, ya que no fuiste creado, y eres eterno, oh Dios.
- Monseñor Rómulo Emiliani
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- - Actualizado: 20/2/2023 - 12:00 am
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Yo te alabo Señor por tu ser, que no tiene principio ni final, ya que no fuiste creado, y eres eterno, oh Dios. Tu morada eres tú mismo, ya que no ocupas un lugar ni estás bajo el dominio del tiempo. Tú eres siempre el mismo, y en ti no hay cambio, porque eres perecto, pleno. "Yo soy el que soy" te define como el ser absoluto. Yo te alabo Señor porque eres la Vida en su total plenitud, de manera infinita. Y eres fuente de la vida, ya que todo lo que existe viene de ti.
Yo te alabo Señor porque nada ni nadie puede perturbar, dañar, afectar tu ser inmutable. No hay en ti daño alguno. Nadie puede herirte,afectar en nada tu ser, hacer que cambiaras de lugar, que huyeras, porque no eres vulnerable a nada, ni ocupas espacio, ni nadie puede alcanzarte y golpearte.
Estás en todo y lo trasciendes todo. Y todo viene de ti y depende de ti. Sin ti nada existiría, porque lo creaste todo para alabanza de tu gloria, para ocupar un lugar y un tiempo en la creación. Tu poder es infinito, y todo lo que hay, las millones de galaxias y dentro de cada una, las millones de estrellas, vienen de tu poder creador y dependen totalmente de ti para existir.
Y en este pequeño planeta hiciste algo asombroso, creaste todo y de manera hermosa, pero hubo un ser que quisiste hacer a tu imagen y semejanza, el ser humano. Y lo hiciste persona, único, irrepetible, inteligente, con capacidad de amar, de crear, de tener iniciativa, de ser paciente, misericordioso, de comunicarse, de vivir en comunidad. Porque tú eres Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. }
Eres comunidad divina, y en ti todos los atributos son infinitos. Nosotros participamos de tu ser, pero de manera limitada, finita.
Y realmente es asombroso, porque tu amor es infinito, y quisiste hacer algo inimaginable, único, propio de quien tiene todo el poder y toda la gloria: hacerte hombre en la segunda persona de la Santísima Trinidad, y que nace de vientre maternal, de María la mujer santa, inmaculada, y ese es Jesús el Cristo. Bendito eres Señor, yo te alabo siempre y en todo momento, porque eres maravilloso, siempre sorprendente, y por amor Jesús el Cristo, "a pesar de su condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios, sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres". ( Filipenses 2, 6-7.Tanto fue tu amor oh Padre que entregaste a tu hijo a la muerte y muerte en Cruz por nuestra salvación. Yo te alabo siempre Señor. Amén.
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