Panamá
Agua en Arraiján: un asunto de justicia social
- Ing. Helmut De Puy / Ciudadano Construyendo futuro
Es difícil imaginar que en un país que ha demostrado capacidad para llevar a cabo obras de gran envergadura, no se puedan solucionar problemas básicos.
La crisis del agua en Panamá es un tema recurrente que no solo refleja un arrastre de años de incapacidad para resolver problemas básicos, sino también una profunda desigualdad en la distribución de recursos. Los recientes bloqueos en Arraiján son el resultado de una frustración que lleva años acumulándose. Mientras algunos sectores gozan de suministro ininterrumpido, otros viven la realidad de un servicio intermitente o, en el peor de los casos, inexistente.
Es difícil imaginar que en un país que ha demostrado capacidad para llevar a cabo obras de gran envergadura, como la ampliación del Canal de Panamá, no se puedan solucionar problemas básicos como el acceso al agua potable, sobre todo con la abundancia de agua que contamos en nuestro país. Arraiján, una de las zonas más afectadas, en parte por la falta de planificación del desarrollo urbano que ha sobrepasado con creces la infraestructura disponible. Nuevas urbanizaciones surgen a un ritmo acelerado, pero el sistema de acueductos parece estar anclado en el pasado, sin capacidad de adaptación.
Los habitantes de esta región no están pidiendo nada fuera de lo normal, están exigiendo un derecho humano básico. No es justo que tengan que llegar a bloquear carreteras para que sean escuchados. Cuando el Estado falla en proveer lo más esencial, las comunidades se ven forzadas a tomar acciones extremas, no podemos culparlos.
TAMBIÉN DEL AUTOR: Ifarhu: la soga revienta por el lado más delgado
Esta situación también pone en evidencia cómo la gran mayoría de las cosas aquí se hacen con una gran falta de planificación a largo plazo. El crecimiento demográfico de Arraiján ha sido evidente por décadas, y sin embargo, las soluciones para abastecer adecuadamente a la población no han llegado. Ahora estamos viendo las consecuencias de esa eterna negligencia. Los parches temporales o “curitas”, como la reparación de tuberías o perforación de pozos, como planea hacer el MINSA, no resolverán el problema de fondo. Hace falta una inversión seria en infraestructura y una visión estratégica que contemple el crecimiento futuro.
El agua es un asunto de justicia social, y el hecho de que algunas comunidades tengan que pelear por ella, es una muestra clara de las desigualdades que persisten en nuestro país. Es momento de que la nueva dirección del Idaan, asuma la responsabilidad y actúe con la urgencia que la situación demanda.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.