Cauteloso optimismo en turismo
... la industria de turismo en Miami ha vuelto a la normalidad con la excepción que resulta particularmente difícil obtener mano de obra en restaurantes, hoteles y otros servicios de la industria sin chimeneas. Al ser cesados, resultado de la pandemia, muchos encontraron chamba en otras industrias con mejores perspectivas de sueldo y trabajando desde casa.
Conversando con el personal de vuelo, me intimaron que prefieren las rutas internacionales dado que durante los vuelos domésticos existen todo tipo de percances con pasajeros gringos que no obedecen los protocolos de la Covid-19. Foto: EFE.
Aproveché las millas acumuladas en mi cuenta de American Airlines durante una reciente travesía a Miami para mi revisión médica anual, subrayando que allá las cosas, a pesar de la obtusa gestión del gobernador De Sanctis, sobremanera en lo referente a la Covid-19, se perfilan substancialmente mejor en turismo, que hace algunos meses.
Por ahora, Copa y American se pelean un cuasi monopolio en la ruta Panamá-Miami, si descontamos a Spirit Airlines con sus vuelos de madrugada a la vecina ciudad de Fort Lauderdale. Tradicionalmente prefiero el servicio de Copa, con la salvedad que durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado, por motivos de trabajo, viajaba tres semanas al mes, en su gran mayoría utilizando los servicios de American Airlines, dado que residía en el estado de Florida, logrando acumular un millón de millas reales. Como premio a la lealtad, American, en 2004, me elevó al nivel Gold de por vida.
¿Qué significa eso y cómo me beneficia? Ante todo, ya jubilado, normalmente adquiero boletos de clase económica. Al llegar al aeropuerto, la fila de la clase económica es mucho más larga que la fila de primera clase. Gozando del galardón Gold, entro en la fila de primera clase lo que me ahorra bastante tiempo. También, el personal que atiende a los pasajeros de primera clase, es tradicionalmente más amable.
También, de haber espacio disponible en primera clase, me ubican en lista de espera, teniendo la buena suerte en esta ocasión de viajar en primera clase. Mientras en la cabina económica lo que reciben los pasajeros consta de un paquete de galletitas, en primera se recibe una bandeja de alimentos, a escoger, acompañado de su bebida favorita, en mi caso una copita de muy buen vino tinto merlot de California. Igualmente, las aeromozas en primera son particularmente amables.
Para mi sorpresa, American Airlines ha renovado su flota de aviones en la ruta Panamá-Miami, a nivel igual o superior a Copa. Anteriormente las aeronaves de American en esa ruta eran pésimas con todo tipo de problemas, que no voy a enumerar en esta ocasión, pero cada vez que volaba, algo extraño sucedía.
Conversando con el personal de vuelo, me intimaron que prefieren las rutas internacionales dado que durante los vuelos domésticos existen todo tipo de percances con pasajeros gringos que no obedecen los protocolos de la Covid-19, dejando de portar mascarillas y, en algunos casos, enfrascándose a golpes con las aeromozas.
Retomando el tema que nos atañe, la industria de turismo en Miami ha vuelto a la normalidad con la excepción que resulta particularmente difícil obtener mano de obra en restaurantes, hoteles y otros servicios de la industria sin chimeneas. Al ser cesados, resultado de la pandemia, muchos trabajadores encontraron chamba en otras industrias con mejores perspectivas de sueldo y trabajando desde casa.
El trabajo desde casa es particularmente gratificante para aquellos acostumbrados a trasladarse largas distancias a sus sitios de trabajo, con la consecuente pérdida de calidad de vida por los tranques cada vez más nocivos en todas las ciudades del orbe. También para muchas empresas resulta más económico, evitando alquileres de espacio de oficina que la pandemia nos ilustró que no eran tan necesarios.
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Por lo tanto, para la obtención de mano de obra calificada, la industria ha tenido que ofrecer mejores salarios y beneficios. A pesar de ello, la planificación adecuada y remodelación de sitios para hacerles más atractivos al turista han permitido que Miami retorne a la normalidad.
Finalmente, al enviar gráficas de mis quehaceres, muchos istmeños remarcan: "qué bonito se ve Miami, no hay basura", algo que acá debemos resolver a gritos, pues a nadie, particularmente turistas, le gusta visitar destinos cochinos.
Líder empresarial.