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"Collage sombrío"
Campana - Publicado:
La Cumbre Mundial sobre la Alimentación, celebrada en Roma en 1996, fue un encuentro de ribetes históricos y de grandes expectativas, en el cual 112 jefes de Estado y de gobierno y otros dirigentes que involucraron a 186 países, expresaron su voluntad política y el compromiso de asumir, como una obligación moral y política, la tarea impostergable de disminuir a la mitad, para el 2015, la cifra de 840 millones de personas que en el mundo sufrían hambre en ese año.En el 2001, el 16 de octubre, en un aniversario más de la creación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), fecha que se ha elegido para celebrar el día mundial de la alimentación, se seleccionó como lema: "Combatir el hambre para reducir la pobreza".La razón de peso para tal decisión reside en, que el hambre es la manifestación más crítica de la pobreza, de modo que eliminarla es el primer paso para reducir esta última.Incluso, se señala que la FAO considera a la inseguridad alimentaria como una violación de los derechos humanos y que el derecho a la alimentación está consignado en la constitución de varios países; de igual manera en La Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, se proclamó: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación..." Muy frecuentemente se olvida que la población es el motor del crecimiento económico de los países y que los alimentos son su combustible, como afirma Jacques Diouf, Director General de la FAO.La pobreza en el mundo continúa aumentando, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su último informe nos habla de 1300 millones de pobres en el mundo; en México por ejemplo "la proporción total de la población con algún grado de pobreza aumentó de 48.3% a 52.6% en el lapso de 1994-1998.Es decir se incorporaron a la pobreza en tan sólo cuatro años 6.9 millones de personas".(1)Para erradicar la pobreza se requiere de un crecimiento económico superior a la tasa de crecimiento de la población como condición necesaria, pero no suficiente; se requiere además emprender reformas para lograr cambiar el estilo del crecimiento y para redistribuir mejor el ingreso y la riqueza.Sin embargo, la realidad económica mundial nos muestra en estos dos primeros años del nuevo milenio, que el mundo en su conjunto está atravesando por una crisis económica, en la cual el crecimiento económico creció a una tasa inferior a la de la población y lo que es peor, en muchos países hubo crecimiento negativo, por tanto la pobreza en el mundo continúa aumentando.Ahora bien, ni el estilo del crecimiento ni la distribución del ingreso han cambiado, por el contrario, la concentración, la centralización, la exclusión, el deterioro ambiental, el mayor desempleo han tenido lugar, con el conjunto de macrofusiones habidas en todos los rincones del orbe y la brecha cada vez más pronunciada entre ricos y pobres, ya entre países como al seno interno de los mismos, sobre todo en los del tercer mundo.Al parecer el compromiso adquirido por el conjunto de naciones era lograr que la pobreza aumentase en el mundo, tal fue la declaración en ese sentido de Koffi Annán, al declarar el fracaso de la humanidad en materia de erradicación de la pobreza y el desaire de las naciones ricas, al no asistir a la reunión de la FAO en Roma.La teoría económica sin distingo de la corriente específica de que se trate (2), se plantea el objetivo de discernir cuál es la mejor asignación de los recursos, que las sociedades deciden dirigir, a la satisfacción de sus necesidades ilimitadas."Sin embargo, en años recientes se ha hecho poca o ninguna alusión al tema de la pobreza desde el seno mismo de la teoría".Habiendo sido diferente, en las décadas del 50 y 60 del siglo pasado, en las que se mostró la gran preocupación sobre cómo erradicar la pobreza y sobre ciertos aspectos relacionados con la persistencia del subdesarrollo en algunas regiones del mundo.Cabe señalar que "las teorías del crecimiento y del desarrollo económico se han mantenido como dos cuerpos de conocimiento separados entre sí"; existe el reconocimiento, sin embargo en el campo de la economía aplicada, como se hacía alusión líneas arriba, que el desarrollo es imposible sin un proceso de crecimiento continuo.Al presentarse en la década del "90, con mayor agudeza el fenómeno del deterioro de la distribución del ingreso, se hace presente que para combatir tal inequidad mundial, se requiere como premisa el crecimiento económico, surgiendo las interrogantes de siempre: ¿Cómo favorecer el crecimiento de la producción? ¿Qué provoca el crecimiento? ¿Por qué unas naciones crecen más que otras? ¿Por qué algunas son más desarrolladas que otras? ¿Cuáles son los elementos sociales, las variables económicas y el marco político que favorece el crecimiento? En última instancia, ¿cuál es la fórmula ideal para obtener el crecimiento y desarrollo económico continuos, que dieran término a la inequidad y se alcanzase el desarrollo humano sostenible hoy en boga, para toda la humanidad? Nuestros autores refieren "que la ciencia económica genera conocimiento para interpretar la realidad, pero que no puede dejar de lado las necesidades humanas en el seno de las sociedades", como lo han hecho hasta ahora, preponderantemente, ciertas corrientes teóricas.Pero luego apuntan: "ciertamente, las decisiones que guiarán a las naciones hacia la solución de las necesidades que prevalecen en su seno, caen en un terreno 100% político, pero el marco de referencia que puede facilitar tales soluciones requiere ser elaborado por un tipo de economía que privilegie la parte humana de la ciencia".Las limitaciones no vienen desde la ciencia, vienen de las decisiones políticas y no es precisamente por la poca ilustración de los decisores, sino por los intereses que los impulsan.La sociedad no es como un equipo deportivo, para el que está bien definida la meta, que por otra parte es compartida por el conjunto de sus integrantes; en la sociedad hay varios equipos con objetivos diferentes que son excluyentes unos de otros, y los equipos más poderosos dentro de la sociedad son los que imponen sus objetivos.Ahora bien, los triunfadores no ostentan el triunfo, generan mecanismos de conformismo generalizado por los objetivos no alcanzados por parte de los grupos débiles y tienen mucho éxito en así transmitirlo y en aceptarlo como propio, extendiéndose y creyéndose como elemento común a la sociedad.Sin embargo, la solución de esos problemas en apariencia generalizados, no aparecen en las agendas reales de tomas de decisión.Vista la humanidad en su conjunto, las naciones con sus respectivas heterogeneidades, se opera de la misma forma que al seno interno de los países, pero ahora los equipos poderosos están conformados por países y son los que imponen sus objetivos a las naciones débiles, con una variante, en éstos se cuenta con "coequiperos" muy útiles y que coadyuvan al logro de las metas externas, ya que su consecución también les representa objetivos personales muy apetecibles.Mientras la racionalidad que rija sea la de los poderosos, los objetivos de las mayorías, así sea un más que justificable anhelo de satisfacer el hambre y salir de la pobreza en los países llamados del tercer mundo, quedará en quimera.Pero, cada vez se extiende más en el planeta la conciencia de que la naturaleza está siendo destruida por esa racionalidad.El dilema es: la conciencia generalizada en acción se adelantará y evitará la destrucción de la humanidad o el crisol de conciencias no se dará abasto para detener el fatídico final.(1) Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), México, 2001(2) El lado humano de la economía.Leticia Armenta F.y Luis A.Lagunes.Comercio Exterior, vol.51, No.10