opinion

Del autor y sus lectores

Juan Carlos Ansin - Publicado:
LA PALABRA, en especial la escrita, ha tenido múltiples usos y otros tantos destinos; no todos gratificantes ni benévolos.

Ha sido mensajera infalible para conducir a la paz o a la guerra y el arma por excelencia para desenmascarar tiranos y farsantes.

Con el advenimiento y desarrollo de la lingüística el valor de la palabra y sus significados ha corrido la misma suerte que la moneda, el proceso inflacionario la ha devaluado hasta el previsible divorcio final entre habla y lenguaje.

El pragmatismo inmediato del lector actual no puede soportar la disyuntiva de los significados y de los significantes y mucho menos, la pérdida de tiempo que implica el uso del diccionario: el mejor amigo del hombre, después del silencio.

Hablar o escribir con palabras de "a cuara" es para lectores de 25 centavos.

Tampoco debemos olvidar que las palabras tienen música, de donde se deduce que la cacofonía es un atributo perjudicial tanto al oído como al olfato.

Estoy totalmente de acuerdo con quienes opinan con Azorín que la sencillez en la escritura es una de las virtudes mayores, pero si se hace a expensas de la precisión, deja de serlo.

El castellano es, hasta donde mi magra poliglotía alcanza, uno de los idiomas más precisos y de mayores recursos léxicos.

No hay que analizar, una y otra vez, el contexto para husmear su significado, ni hay que arriesgar un anglicismo por carencia de aquello que limpia, fija y da esplendor.

También hay que tener cuidado, las palabras cortan, sangran y matan.

La frase: "la crítica de Juan", puede plantear, a vuelo de pájaro, que Juan es el crítico o que él es el sujeto criticado.

En el idioma de Cervantes una cosa es la crítica a Juan y otra muy distinta la crítica de Juan.

Sospecho que si Noam Chomsky hubiera nacido idiomáticamente castellano su gramática generativa y transformacional no sería tan engorrosa e incomprensible como lo es para este lector de sesera devaluada.

Decir que entre lectura y escritura existe un mecanismo de simbiosis intelectual y de comensalismo pseudoparasitario se puede escribir más sencillo si sustituimos las palabras por su significado.

Así: Entre lector y escritor existe una interacción intelectual mutuamente beneficiosa ya que ambos se alimentan, como los parásitos, de los desechos del otro, pero sin provocarse daño.

El autor tiene todo el derecho de escoger, según su estilo e intención, cualquiera de las dos formas mencionadas.

Para quien desee precisión, intensidad, brevedad y erudición, utilizará la primera variante.

En cambio, quien busque comprensión inmediata a expensas de precisión y longitud, lo hará con la segunda.

Dudo mucho que en el comensalismo parasitario entre lector y escritor no se provoquen daños.

El basurero de mi escritorio es una verdadera biblioteca de esperpentos que haría la felicidad de los lectores concisos y el pesar de muchísimos narradores constreñidos.

A mi modo de ver, tres son las obligaciones del autor: claridad, precisión y belleza.

En los comentarios u opiniones de artículos periodísticos, a lo explicativo, habría que agregar una pizca de docencia.

Escribir artículos de opinión requiere, precisamente, del riguroso estudio del tema y de la compulsiva necesidad de compartir esos descubrimientos con los cofrades que, tras su lectura y sus comentarios, enriquecen aún más o desafían lo que creemos saber hasta llegar a conocer lo imprescindible: los límites geográficos de nuestra ignorancia.

Tanto la lectura como la escritura amplían esas fronteras.

No hay, para mí, mejor forma de conocer o aprender que la de escribir, leyendo detenidamente con criterio, profundidad y buen gusto.

No debiéramos olvidar que la literatura, cualquiera sea su género, es parte del arte de la comunicación, sometida, en una disposición voluntaria y consciente del intelecto, a los ocultos placeres de la lectura.

Así como el autor tiene el derecho a expresarse libremente, el lector tiene todo el derecho a no ser timado por las falsedades del escritor o por la chabacanería comercial de los críticos a sueldo o por la del mercado editorial promotor de la partenogénesis literaria.

Hacer leer lo ilegible o hacer pasar gato por liebre, son crímenes de lesa lingua.

El derecho fundamental del lector es el de apropiarse del texto, trastocarlo, trastrocarlo y reinterpretarlo como se le antoje.

Esa es la razón de que existan tantos Quijotes como lectores ha tenido.

El lector también tiene derecho a escoger libremente lo que lee, sin intermediarios engañosos.

Lo que no puede hacer es juzgar una obra mala y recomendarla, regalarla o reciclarla a su enemigo más cercano o peor aún, donarla a una biblioteca.

Es mejor purificar al mal libro por el fuego que transformar las bibliotecas del país en un depósito de textos inservibles.

El principal deber del lector es, pues, el mismo que el del buen crítico: no dejarse engañar, ni engañar a los demás.

Hace unos años, cuando estaba de moda la seducción (no me refiero a la novela de Witold Gombrowicz), el lector era tratado como los buenos políticos hacen con sus opositores más férreos: con puente de plata y pétalos de rosa.

Se le impedía hacer el menor esfuerzo.

Como a los polluelos, se le daba todo masticado, regurgitado y vuelto a digerir.

Tal vicio de egolatría y desprecio -verdadera afrenta al respeto intelectual de los lectores- se sigue utilizando bajo una sencillez mal entendida y de una literatura de "a cuara" o del best-séller* comercial de moda.

Hasta profesores y maestros del idioma lo agradecen en nombre de las estadísticas de alfabetización.

Enseñar a leer no es una misión cuantitativa del docente, debe ser una tenaz obligación de selección cualitativa, de la correcta interpretación y uso de la palabra.

Al lector no hay que sobarlo, hay que mantenerlo despierto.

Tampoco hay que darle tregua, porque al cabo, su destino final será el de sentir la misma angustia y el mismo placer que ha tenido el autor al entregarle su obra.

El lector pasivo es tan malo como el seductor que escribe banalidades.

Ambos se perjudican mutuamente, uno creyendo entender lo que no sabe y el otro, creyendo saber lo que no entiende.

(*)Palabra incorporada al Diccionario de la Lengua Española de la RAE (drjcal@psi.

net.

pa)Una de las organizaciones que desde hace más de dos años ha brindado servicios a este centro es la Fundación para el Apoyo Social Educativo.

Según Teresa Torres, uno de los miembros de la Fundación, se trata de un proyecto que intenta cambiar el futuro de las privadas de libertad una vez estén fuera.

Además, también están desarrollando un programa que incluye a los hijos de las privadas de libertad para alejarlos del mundo de la delincuencia.

Agregó que el dinero que utilizan lo recaudan de las actividades que realizan los cinco miembros que integran la FundaciónLas reclusas del Centro Femenino forman parte de los más de 11, 000 detenidos de las distintas cárceles del país.

Cuando reciben la visita de los medios, como en el caso de Panamá América, salta a la vista su deseo de desahogarse y contar a la sociedad que allá adentro, están intentado cambiar.

Más Noticias

Economía Percepción sobre la minería es distinta a la que había hace dos años

Economía ¿Qué debe hacer Panamá para atraer a empresas como Shein y Temu?

Deportes Panamá inaugura su Salón de la Fama y Museo del Deporte para honrar a sus leyendas

Sociedad Mitradel presenta demanda para la disolución del Suntracs

Economía Chiquita terminará relación laboral con el resto de sus trabajadores

Sociedad Panamá propone indemnizar a los afectados por los huecos y baches de sus carreteras

Política Conformación de las comisiones permanentes en la AN podría extenderse hasta finales de mes

Sociedad Martinelli será operado esta semana por una hernia

Judicial Tribunal de Apelaciones mantiene medida cautelar a Bernardo Meneses

Sociedad Auditorías revelan posible malversación de $20 millones en juntas comunales

Política Mulino niega injerencia del Ejecutivo en conformación de comisiones en la Asamblea

Sociedad Extienden convocatoria para Curso de Controlador Aéreo

Sociedad Gobierno niega fallecimientos durante estado de urgencia en Bocas del Toro

Política Jairo ‘Bolota’ Salazar demanda a la bancada ‘Seguimos’

Sociedad Policía asegura que concejal de Tocumen no sufrió fractura

Sociedad Ni pago por adelantado habrá para los educadores, señala contralor

Provincias Gobierno impulsa desarrollo logístico con expansión en la Zona Libre de Colón

Sociedad Automóvil cae desde el estacionamiento de un edificio en Pueblo Nuevo

Política Guerra: flexibilidad de los requisitos para revocatoria de mandato es un 'peligro', analizarán modificaciones en la CNRE

Economía ATP aumenta monto máximo de pólizas de seguros para turistas

Economía Economistas señalan que Panamá necesita modernizar leyes y más justicia para mantenerse fuera de listas

Economía Gabinete autoriza préstamo por $75 millones

Política Martinelli: 'No se puede ni se debe perder una plaza de trabajo bananero en Bocas del Toro'

Suscríbete a nuestra página en Facebook