COLUMNA 'CAMBIANDO LA REALIDAD'
El alcalde y su salario
"No pido que nuestro alcalde renuncie a su salario, pero sí a unos gastos de movilización y representación absurdos".
- Ing. Helmut De Puy / [email protected] / @Helmutdep / [email protected]
- - Actualizado: 09/2/2022 - 12:02 pm
Al inicio de este año 2022 dentro de la opinión pública se generó un fuerte rechazo por parte de la ciudadanía a los salarios que ganaban algunos alcaldes de nuestro país. Generando esta situación para muchos un amargo descubrimiento, convirtiéndose para algunos en una explicación del porqué la lucha por elegirse y buscar privilegios, antes que servir a sus municipios o comunidades.
Un funcionario electo por la voluntad popular debe ser un servidor público, las 24 horas del día, los 365 días del año. Muchos de ustedes amigos lectores pensarán que estoy exagerando, pero cuando revisamos gestiones municipales exitosas en el planeta o sin ir muy lejos en este mismo continente, todas tienen algunas características fundamentales y muy simples, tales como: compromiso prioritario con la ciudadanía, uso eficiente de los recursos municipales, trabajo junto a las comunidades y lo más importante en mi opinión, la consciencia de transformación de quien lidera el gobierno municipal.
Un alcalde es la primera imagen de un municipio, es quien determina la gestión de su alcaldía y como autoridad electa, debe entender que vive en el contexto de una realidad, no solo municipal, sino nacional.
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Como en estas tierras maravillosas de encuentro de dos océanos, somos tan olvidadizos, me permito hacer un recordéis que para los ciudadanos se torna ofensivo descubrir que los diez alcaldes mejor pagados de nuestra Panamá, representan un gasto al erario de más de un millón de balboas (B/. 1,000,000.00) al año, mientras que nuestro flamante alcalde del Municipio de Panamá obtiene entre gastos de representación, gastos de movilización, salario y dieta, aproximadamente doce mil doscientos cincuenta (B/ 12,250.00) balboas mensuales, lo cual representa en matemática simple, un salario mayor a ciento cuarenta y cinco mil (B/. 145,00.00) balboas anuales, obteniendo mayor remuneración que el propio presidente de la República.
Estos números en mi opinión son absurdos y más aún ante la actual crisis de desempleo que vive el pueblo panameño. Hoy atravesamos una de las peores crisis laborales de toda nuestra historia y encontramos un doloroso divorcio entre las autoridades municipales y la ciudadanía.
No pido que nuestro alcalde renuncie a su salario, pero sí a unos gastos de movilización y representación absurdos, que no generan ningún tipo de impuesto y que demuestran que la vocación al servicio no se gana en elecciones, si no se siembra en la conciencia y se desarrolla en la gestión.
SUMATE por funcionarios comprometidos con el país y la ciudad.
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