Panamá
Informalidad: la variante incontrolable del mercado de trabajo panameño
- Magíster Andrea Castillo
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Definitivamente que los años de bonanza económica no se han traducido a un mejoramiento en la calidad y dignificación de vida de los panameños y panameñas. La informalidad es un ejemplo de ello. Este 2022 es un año prometedor según los organismos internacionales, ya que se ven buenas luces en nuestro crecimiento económico a nivel regional. Sin embargo, el gran reto es crear las condiciones de un mercado de trabajo estable que pueda, a través del empleo asalariado y emprendimiento, absorber a más del 50% de los trabajadores, que continúan en empleos precarios.

Cada año se nos presentan las grandes evoluciones positivas de la economía panameña con índices que rondan los 5% y más. En este nuevo escenario, a pesar de la pandemia, el Gobierno Nacional en su último informe a la Nación, sostiene que, a través de la inversión en el último semestre de 2,785 millones de dólares, se busca reactivar la economía del país generando empleo y poder apaciaguar las aguas a los empresarios e inversionistas. De esta forma se trata de dinamizar la economía.
Sin embargo, a pesar del mecanismo, vemos que la informalidad es una característica más latente en el mercado de trabajo panameño. Según datos del INEC para agosto del 2021 rondaba alrededor del 44.9% aumentando en 47.6% en octubre, solo dos meses. Lo cuál es alarmante para la cantidad de subsidios y transferencias por parte del gobierno nacional. En la actualidad la informalidad es mucho mayor en hombres que en mujeres. Este posible cambio podría deberse a la reducción de trabajos en hogares y un mayor grado de escolarización.
En este sentido, un estudio sobre la informalidad en Panamá del 2018 por el Centro de Competitividad, sostenía que "la tasa de informalidad eran altas para las personas sin ningún grado en educación con el 84%, seguido de los que cuentan con primaria con el 68%, los que tienen secundaria el 48.2% y los universitarios con el 20.4%. Esto demuestra que, a mayor nivel educativo se reduce la informalidad.
Por ende, el reto de la educación como motor para reducir este situación es sumamente prioritario. A través de ella, las personas pueden dignificar su vida, tener una finanza más estable, lo que sería un costo social y económico menos para el Estado. Pero no solo es la educación la vía para reducir la informalidad, también se debe tener una política integral de empleo en donde haya una sinergia entre el sector privado, público y la educación superior, donde se generen oportunidades para que las personas puedan tener opciones más allá de los subsidios, oportunidades en donde los jóvenes no se sientan desalentados. Se deben utilizar instrumentos de orientación sobre la tendencia del mercado laboral para que las personas tengan ideas de las plazas disponibles, acceso a mayor capital para emprender.
Definitivamente que los años de bonanza económica no se han traducido a un mejoramiento en la calidad y dignificación de vida de los panameños y panameñas. La informalidad es un ejemplo de ello. Este 2022 es un año prometedor según los organismos internacionales, ya que se ven buenas luces en nuestro crecimiento económico a nivel regional. Sin embargo, el gran reto es crear las condiciones de un mercado de trabajo estable que pueda, a través del empleo asalariado y emprendimiento, absorber a más del 50% de los trabajadores, que continúan en empleos precarios.
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