Jóvenes, fútbol y terroristas

Naftali, Gilad y Eyal nunca sabrán quién ganó el Mundial de Brasil. Son tres muchachos israelíes, dos de apenas 16 años de edad y Eyal de 19, quienes el 12 de junio cometieron el error de aceptar un aventón el cual los llevó a un final cruel, despiadado y aterrador. Dentro del automóvil que los recogió, desde una estación donde estudiantes suelen por años tomar provecho de aventones, estaban dos hombres jóvenes que se hicieron pasar por religiosos judíos. Estos eran dos peligrosos activistas de la organización Hamas palestina.

Toda Israel pasó 18 días y noches en plegarias y manifestaciones pacíficas con lemas de: “que vuelvan los muchachos a casa”. Mientas tanto, los esfuerzos y búsquedas se efectuaron sin descanso hasta el 30 de junio cuando fueron encontrados los cuerpos sin vida de los adolescentes, a 3 kilómetros de Hebrón, al norte de Cisjordania.

Al luto que se vive en Israel hoy se les unen muchos fuera de ella con pesar y enojo. Y muchos deben entender que el terrorismo no es una solución, sino un problema que sigue minando, retrasando y renegando una paz alcanzable. Los tres adolescentes fueron asesinados a sangre fría por terroristas que ya han sido detenidos en el pasado por autoridades del ejército israelí por haber participado en actos de terror. No existe ningún sistema de prevención eficaz ante este flagelo de terror y fanatismo.

Israel enfrenta problemas únicos. Tiene dentro de sus fronteras tierras que fueron tomadas en guerras totales alejando al enemigo de ciudades pobladas de civiles. Con los años y bajo diferentes gobiernos se dio luz verde para la construcción de asentamientos. En muchos casos hay asentamientos que proveen un intercambio económico y cultural con aldeas y pueblos palestinos de la región. Pero no todos están contentos y muchos no creen que los asentamientos sean legales. Aquí es donde uno debe preguntar: ¿acaso asesinar 3 adolescentes que vivían en asentamientos sí es legal?

Con estos dolorosos hechos tenemos ante nosotros una guerra declarada, sean los asentamientos legales o ilegales, con o sin misiles y morteros lloviendo en Shderot desde Gaza, con o sin las declaraciones de un secretario general de la ONU… Israel debe seguir la larga y difícil batalla contra el terrorismo.

Naftali, Gilad y Eyal estarán en nuestras plegarias y corazones y lloraremos mientras vemos el final del Mundial de Brasil.