La enseñanza de la Economía pospandemia
Los escaparates de teorías muertas sin prácticas coherentes, el charlatanismo sin comprender de lo que se habla o se investiga, o el ausentismo del careo en clases, son los daños a la enseñanza de la Economía que deben ser superados.
- Aldo Brunette
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- - Publicado: 15/8/2021 - 12:00 am

Necesitamos nuestros estudiantes sepan y entiendan el círculo de pagos que describe el funcionamiento de toda Economía, prácticas bursátiles, microeconomía y macroeconomía, ramas más importantes del comportamiento de un sistema fundamentado en oferta y demanda. Foto: EFE.
No cabe la menor duda que corresponderá a las naciones del mundo, la reconstrucción de sus flujos económicos, no solo por el largo período de recesión a la que han estado sometidas debido al avance de la crisis pandémica, que deja a su paso millones de muertos, ejércitos de desocupados, cientos de miles de negocios pequeños y medios quebrados por la falta de facturación; sino porque el mundo ha vivido pasadas experiencias, que han tenido como resultado los mismos indicadores que deja la Covid-19.
He ahí la importancia de la enseñanza de la Economía, con enfoques regenerativos y transformativos de la forma como hasta ahora se ha estado desenvolviendo el modelo económico, fundamentado en los precios; sin dejar de reconocer la alta trascendencia que hoy por hoy cobra el análisis de oferta y demanda, justo en los niveles de desequilibrio en que se haya la economía mundial.
El objetivo de nuestro quehacer cotidiano como docente de la Economía, nos da precisamente una responsabilidad histórica. Tenemos en nuestras manos, dos alternativas para esa necesaria transformación post crisis sanitaria: - una, es la que hacemos a través de la producción intelectual en el análisis e interpretación de los fenómenos económicos de nuestra sociedad, con la perspectiva de aportar alternativas de políticas públicas y económicas para el logro de una más efectiva distribución de la producción social y alcanzar un mayor desarrollo general en nuestro país.
La otra forma de transformación es menos visible, socialmente pasa a veces inadvertida aun cuando es de tanta o mayor importancia que la tarea de investigación; es la responsabilidad de tramitar el conocimiento, formar en nuestros alumnos el interés por la ciencia creativa e innovadora, darles los instrumentos adecuados y de práctica efectiva, los lenguajes, el hábito del cuestionamiento, bajo el principio de quien más lee más sabe y más aprende y lo más importante el darles la suficiencia para seleccionar un método, una concepción de la sociedad y con ello integrar una forma de pensamiento para orientar su vida profesional.
Los escaparates de teorías muertas sin prácticas coherentes, el charlatanismo sin comprender de lo que se habla o se investiga, o el ausentismo del careo en clases, son los daños a la enseñanza de la Economía que deben ser superados.
Necesitamos que nuestros estudiantes sepan y entiendan el círculo de pagos que describe el funcionamiento de toda Economía, que sepan sobre prácticas bursátiles, que conozcan más de microeconomía y macroeconomía, como las ramas más importantes del comportamiento de un sistema fundamentado en oferta y demanda.
Mientras que la historia económica, debe ser vista desde los ámbitos de la evolución del desarrollo de los pueblos de América Latina, y solo dejar referenciado los acontecimientos y hechos acaecidos en el viejo mundo, con realidades distintas.
En otras palabras, la enseñanza de la Economía debe llevarse al entendimiento de cómo funciona el sistema económico, para de este modo hacer aportes de reactivaciones, transformaciones o adecuaciones.
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Nuestro trabajo como docente es o al menos debe ser, eminentemente colectivo. Nuestras asignaturas o la producción de nuestro material académico, debe ser parte del conjunto diverso de especialidades y temáticas que integran el currículum del que es una pieza complementaria, el tema de nuestra materia.
La parte teórica estaría incompleta sin la adecuada instrumentalización de su aplicación práctica, indispensables en el manejo de la información. Todo ello, sin estudiar la aplicación real a políticas económicas actuales que transciendan la mera abstracción teórica, sería como elaborar un producto sin utilidad social.
Economista, Docente universitario y Consultor Político Certificado.
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