Reformas
Las protestas y la cordura
¿es necesaria la reforma? Sí, pero no es el momento de hacerla. Ni del modo actual, ni paralela, ni originaria; porque en todo estos métodos va a prevalecer siempre el poder político con sus figuras títeres. ¿es necesaria la reforma? Sí, pero no es el momento de hacerla.
- Martín Torres
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- - Publicado: 22/11/2019 - 12:00 am
El panameño se encuentra bombardeado por demasiada información diariamente.
Lo que provoca que no sepa de dónde surge el problema con la Constitución, pero para hacer docencia intentaré darle un origen.
En el 2014, el entonces candidato a la presidencia Juan Carlos Varela prometió en campaña reformar la Constitución.
Esta promesa tenía un doble sentido, ya que era un discurso populista de venganza contra el Cambio Democrático (CD) por la ruptura que ocurrió en la alianza, y contra la actuación del gobierno de Ricardo Martinelli con el proyecto de la sala quinta.
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Como era de esperarse, Varela incumplió su palabra, tuvo un gobierno con mala reputación y únicamente se escuchó en los últimos momentos de su mandato “cambios a la constitución”.
Esta fue una estrategia para limpiarse la manos, y tirarle el muerto al próximo gobierno. La estrategia fue efectiva.
Sin embargo, ¿alguien realizó un plebiscito para preguntarle al pueblo si quería que se reformara su constitución?
Pues no.
Simplemente los partidos políticos, vendieron la idea en campaña de que la solución para terminar la crisis institucional era reformar la Carta Magna, misma crisis de la que ellos son responsables.
¿Cómo surgió el proyecto de la reforma?
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La Concertación Nacional redactó un proyecto que le entregó al Ejecutivo (No me detendré a explicar si están facultados por la ley a hacer esto).
El Ejecutivo no agregó ni quitó una coma, y se lo entregó en bandeja de plata a la Asamblea Nacional.
Dándole un mensaje claro a la ciudadanía “Arréglense con los diputados”.
Hasta el momento, la Asamblea ha hecho y deshecho lo que ha querido.
Y surgen las manifestaciones que se observan en los medios de comunicación.
¿Han estado las protestas al nivel?
Es relativo.
En parte sí, porque han luchado en contra de los intereses de unos pocos.
En parte no, por la violencia, el vandalismo a las cercas, los heridos y el bajar el nivel del debate solo por los comentarios homofóbicos de un par de diputados que solo buscan distraer la atención.
Para que se olvide la verdadera lucha “El No a la reforma”.
¿Se debe seguir protestando?
Sí, pero de otra manera.
Se debe comenzar a ir de provincia en provincia educando a los panameños para que voten NO en el referéndum.
Educar es una manera legítima de protesta.
La clase política no renunciará a su potestad de reformar la Carta Magna, y volverán a sus prácticas clientelistas para conseguir el Sí.
Pero la población no puede permitir esto.
Finalizo con una pregunta, ¿es necesaria la reforma?
Sí, pero no es el momento de hacerla.
Ni del modo actual, ni paralela, ni originaria; porque en todo estos métodos va a prevalecer siempre el poder político con sus figuras títeres.
Esperemos y eduquemos al pueblo.
Para que un día, al igual que en 1946, podamos reunirnos a redactar una Constitución con un nivel digno de debate, con juristas ilustres, con diputados realmente honorables, y una población consciente de lo que está pasando.
Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas.
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