Leones y gladiadores en la mira del Tribunal Electoral
Cuando escuché la noticia de que se estaba trabajando para darle al Tribunal Electoral la facultad de cerrar medios (por las razones que fueran), no ...
Cuando escuché la noticia de que se estaba trabajando para darle al Tribunal Electoral la facultad de cerrar medios (por las razones que fueran), no ...
- Eduardo Arquel Martínez Diez ([email protected])
- /
- - Publicado: 17/11/2015 - 12:00 am
Cuando escuché la noticia de que se estaba trabajando para darle al Tribunal Electoral la facultad de cerrar medios (por las razones que fueran), no recuerdo haber leído ni escuchado jamás, ni en el más represivo gobierno dictatorial o populista de América Latina, algo así, tan osado, en contra de la libertad de expresión. Será que el Ejecutivo quiere hacer del Tribunal Electoral su brazo de represión política, pensaba yo. Luego me acordé de Popito Chiari, que en el tiempo de los militares cerró algunos diarios, y el famoso "desde ya", del general Rubén Darío Paredes. ¡Qué raro, no se habrán dado cuenta de que los tiempos han cambiado!, no porque no se puedan cerrar medios, sino porque las redes sociales se encargarían como ya lo hacen de hacerle el trabajo al mundo informático, aparte de que la mordaza a la libertad de expresión, por cerrar una televisora o un periódico, tiraría a las huestes falangistas a la clandestinidad y traería de inmediato una declaración de guerra política: "si no se tiene un claro conocimiento profesional, teórico y técnico sobre el efecto político que tienen los medios, que no es por la bulla que hacen, sino por el destrozo que causa su silencio", es mejor no jugar con candela, dice un viejo refrán.
Además, políticamente, no tiene ningún sentido si el asunto es porque quieren frenar cualquier intento de vuelta del martinelato y si es por eso, a mi nodo de ver, don Ricardo perdió la presidencia en 2014 porque ya había perdido la guerra en los medios.
Cuando en la campaña electoral de 2014, la oposición le soltó sus leones, los rugidos se hicieron sentir en todas las emisoras, televisoras y periódicos del país a toda hora y en todo lugar, como si fuera un eslogan no escrito pero tácito y sobreentendido por todos, "La Alianza Ruge" y en ese circo romano, los leones se comieron a los gladiadores y, de salida, comenzaron a pelear mal, porque los gladiadores eran una casta de esclavos obligados a pelear hasta morir, para distracción del pueblo y gloria del César; en ese sentido, a cada león se le debió poner un domador, igual que en el juego de básquetbol se le pone un cuidador al jugador del equipo contrario para desvirtuarle todas sus jugadas.
Periodistas de trinchera, panfletarios, separatas y tabloides no mayores de ocho caras debieron ser los peones, conquistando metro a metro cada kilómetro político de la república, como en los viejos tiempos en que los canillitas salían en tropel a ponerle al hombre y a la mujer de a pie su periódico en la mano.
Conozco a una dama a la que en treinta años jamás le han podido ganar una discusión, treinta como ella y treinta domadores más, imposible censurar a la libertad de expresión, pero ya todo pasó, las redes sociales han superado geométricamente el mercado de la información, todo ha cambiado; reporteros, periodistas, analistas, editor, todo ha quedado en manos de la tecnología y esta en las manos de un ejecutivo del , como en las manos de una doncella allá en las tierras del Nelekantule, como en las siniestras calles del Bronx, o como en las lujosas torres de marfil del narcotráfico, el celular, que informa primero, es más rápido, explícito y conciso, es la libertad de expresión convertido de un bien intangible en un virus y por ser viral es inmortal, incensurable, y diríase que hasta la esencia misma del periodismo ha cambiado; su qué, cómo, cuándo, dónde y por qué, sencillamente, porque ya todo es un libro abierto en las redes sociales.
Así que eso de censurar medios ¡no tiene sentido! y ahora me doy cuenta de que todo ha sido una broma, que quisieron darle un susto político a Martinelli; dice un chiste que don Ricardo estaba en su casa allá en Miami, sentado en su sillón viendo la televisión con un trago se vuelve loco con leche en la mano, disfrutando la noche, y de repente se le aparece el diablo y le hace "¡Bu, bu, bu!", y Martinelli ni se inmuta. Se va pa' la parte de atrás del sofá y vuelve hacerle "¡Bu? bu? bu?!, ¡oye, ¿qué pasa que no te asustas?". Ricky le contesta: "Es que tú ya no das miedo, miedo dan los guachos y ¡tú sabes quién!". "¡Vaya!", dice el diablo, "¡la competencia es grande grande!, ya no me dejan hacer mi trabajo", y se fue.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.