Panamá
Lucha contra el hambre
- Adoniram Sanches Peraci
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- opinion@epasa.com
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El informe concluye que la región registra el costo de la dieta saludable más alto en comparación al resto del mundo.

América Latina y el Caribe enfrenta importantes desafíos para la seguridad alimentaria de la población. La desaceleración económica, la crisis climática, la pandemia de COVID-19, y el reciente conflicto en Ucrania, han producido efectos profundos en los sistemas agroalimentarios y la alimentación.
Durante 2022 llegamos a los niveles más altos de los precios internacionales de alimentos y actualmente enfrentamos un ciclo inflacionario que afecta principalmente a los sectores más vulnerables que gastan una mayor proporción de sus ingresos en alimentos.
El Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2022 publicado por FAO y otras agencias de Naciones Unidas esta semana, lanza luz sobre un tema adicional vinculado a la falta de acceso a la alimentación de millones de familias en el mundo: el de que una alimentación saludable es aún más difícil de obtener y es un factor que amplía la desigualdad de ingreso.
El informe concluye que la región registra el costo de la dieta saludable más alto en comparación al resto del mundo. El costo de esta dieta alcanza los USD $3,89 diarios por día y persona en la región, mientras que el promedio mundial es de USD $3,54. En Panamá el costo de una dieta saludable alcanzó USD $4,48, uno de los más altos de la subregión. Sin embargo, es uno de los países con el porcentaje más bajo de personas que no pueden permitírsela.
El informe muestra como el aumento de los precios internacionales de alimentos y la inflación alimentaria afecta el acceso económico a alimentos nutritivos en especial de la población más pobre a quién el costo de la alimentación es 5 veces más alto en el ingreso que de la población menos pobre, deteriorando la seguridad alimentaria y nutricional. Además, concluye que existe una asociación entre la falta de acceso económico o asequibilidad de una dieta saludable con los niveles de pobreza, desigualdad de ingreso y el crecimiento económico de los países; así como con los niveles de hambre y otras formas de malnutrición.
Por esto es muy importante el paso que ha dado el país de incorporar el marco del Plan Colmena, que contribuye a mejorar el acceso a dietas saludables, donde están: la Ley de Estudiar sin Hambre, que reglamenta el Programa de Estudiar sin Hambre como fortalecimiento al programa de alimentación escolar; así mismo, la Ley de Agricultura Familiar y el Plan Panamá Agro Solidario.
Panamá ha realizado grandes esfuerzos al impulsar acciones puntuales en el fomento de entornos alimentarios saludables, que en el futuro cercado debe concretar, como el etiquetado frontal de advertencia nutricional, la disminución del consumo de sodio y la promoción de la educación alimentaria y nutricional; las cuales beneficiarían a los consumidores para que tengan acceso a alimentos nutritivos y saludables de manera informada.
El informe propone acciones coordinadas desde la producción, comercialización y apoyo a consumos de los alimentos saludables, incluyendo frutas y verduras. Para avanzar, debemos invertir para mejorar la producción de alimentos nutritivos y potenciar la comercialización de los productos de la agricultura familiar que contribuyen a las dietas saludables. También fortalecer la información de productos y precios de mercados y el comercio para aumentar la oferta de alimentos nutritivos y potenciar su comercialización; y fortalecer la entrega de alimentos o programas de transferencias (en efectivo o especie) con educación alimentaria y nutricional.
La FAO ha sido parte de estos procesos de construcción e implementación y reitera una vez más el compromiso de seguir trabajando para que todas las personas tengan acceso seguro y permanente a los alimentos saludables que necesitan, en cantidad y calidad para su adecuado consumo, pero sin olvidar fomentar patrones alimentarios que promuevan todas las dimensiones de la salud y el bienestar.
El autor es Coordinador Subregional para Mesoamérica y Representante de FAO en Panamá.
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