Panamá
¿Quiénes son tus amigos?
Pero cuidado, no todos son así de amigos. El que te incita a hacer el mal, a traicionar tus ideales, a ser un mediocre, a promover la inercia en tu vida, el que te busca que no crezcas, que no te superes, ese no es tu amigo.
- Rómulo Emiliani (Monseñor)
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- - Actualizado: 25/6/2022 - 12:00 am
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Todos tenemos necesidad de tener buenos amigos. Un amigo es un confidente, un soporte cuando estás en crisis, una voz de alerta cuando estás en peligro, una llamada de atención y corrección cuando te desvías del camino. Un amigo es un compañero de viaje hacia la tierra prometida. No te une a él normalmente lazos de sangre, sino una afinidad lograda al paso del tiempo, donde se unen por ideales comunes, sueños compartidos, ideas consensuadas, momentos difíciles apoyándose mutuamente, alegrías vividas en común. Es alguien que te ayuda a llevar la cruz como callado cirineo, quien te da el ánimo cuando más lo necesitas, quien está a tu lado cuando te quedas solo por los fracasos que da la vida. Un amigo es garantía de fidelidad en las buenas y en las malas.
Pero cuidado, no todos son así de amigos. El que te incita a hacer el mal, a traicionar tus ideales, a ser un mediocre, a promover la inercia en tu vida, el que te busca que no crezcas, que no te superes, ese no es tu amigo. Ese es una víbora que busca inyectarte el veneno de la ociosidad, del vivir la existencia vegetando, sin querer alcanzar ninguna cumbre digna de escalar. Es el que quiere que tu aspecto sea siempre grisáceo, opaco, que no brilles, que no destaques en nada. Es el que te busca para pasar el tiempo, para entretenerse, convirtiéndote tú en su juguete, en su marioneta o en su mascota. Te usa mientras le sirvas, lo distraigas, le bailes y le hagas reír como payaso de circo, y por eso te busca. Es el que solo quiere estar contigo para que lo acompañes a divertirte. Nunca hay una conversación profunda, cálida, sosegada, donde ambos cuentan sus penas, angustias, sueños, dificultades, sus alegrías. No sea crea un ambiente para la confidencialidad. Y si te abrieras y contaras cosas de tu vida, ten por seguro que lo que digas lo sabrán a los pocos días más de cuatro personas.
Debes escoger bien tus amigos, tus compañeros en este peregrinar hacia la vida eterna. Lo ideal es que sean creyentes, nobles, auténticos, personas sanas en su mente y acciones. No escojas malos amigos porque te condicionarán negativamente. Un amigo, para bien o para mal influirá notablemente en tu vida. Te marcará con el sello de su propia vida. Y recuerda que hay un amigo que no traiciona, que te da todo lo que necesitas, que te regala la vida eterna, y es Jesús nuestro Señor. Es el amigo que nunca falla.
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