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A un salto d'Italia está Procida, una isla de película
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Redacción Rumbos (rumbos@epasa.com) / PANAMA AMERICA Conoce también isla vivara Reserva natural de 35.63 hectáreas.Se conecta con Procida mediante un puente.La misma fue declarada un “oasis protecto” para preservar sus características geográficas.Su vegetación es típicamente mediterránea; la isla fue utilizada en un tiempo para cultivar olivos y viñedos.En ella están protegidas las aves migratorias y de estación, que suman 200 especies.Está prohibida la cacería.Para llegar a Procida existen varias empresas de embarcación que trasladan pasajeros.Una vez estás en Nápoles tendrás que escoger la que más te convenga.De allí hasta la Marina Grande, que es el único puerto comercial de la isla, llegas en poco tiempo.Lo primero que verás, mientras te encuentras en el barco, será el imponente y antiguo Castello d'Avalos, que data del siglo XII, el cual en el pasado era la residencia de verano del rey y ahora es ocupado por el Convento de Procida.Sin embargo, para llegar a él es necesario que el ferri llegue a la marina y luego se debe tomar un taxi hasta la Marina de Corricella, que se ubica al este de la isla.Es aquí en el pueblo de Corricella donde se concentra la mayor parte de los restaurantes y hoteles de toda Procida.Este sitio es sin duda para quienes buscan un refugio tranquilo, en el que la pesca y la vida en el mar son todavía el centro vital de los habitantes.La arquitectura y el urbanismo son también testigos de la unión entre el mar y sus habitantes.Las casas, unidas las unas a las otras, tienen colores distintos, de manera que cada marinero, desde lejos, puede reconocer la propia.Las casas son de colores chillones, pintadas en su mayoría de rosa o amarillo y bajan hasta el mar y se inclinan al sol.Procida es famosa por haber sido el escenario de algunas películas del cine clásico.Cualquiera que haya visto “Il Postino” (“El cartero de Pablo Neruda”), rodada en 1994, reconocerá de inmediato el decorado inolvidable de aquel filme.La parte más antigua, denominada como la Terra Murata, es el punto más alto de la isla y aquí está el Castello d'Avalos, del cual al inicio de este reportaje mencionamos que es el que se muestra desde que vienes en el ferri.El castillo también tiene su historia; según cuentan sus moradores, sus antepasados se refugiaban allí para huir de los asaltos de los piratas, y cerca también construyeron, en el siglo XVII, la sugestiva abadía de San Michele, que encierra un laberinto de galerías subterráneas y de catacumbas.Más tarde fue la primera escuela militar, entre 1830 y 1831, y contaban con celdas donde encerraban a presos políticos y homicidas.En Corricella puedes degustar una extraordinaria gastronomía de mar y no olvides visitar la iglesia María delle Grazie.La tercera marina de Procida es la de Chiaiolella, con clubes náuticos de lo más "chic" justo al lado de los pequeños puertos de pescadores.Procida, al igual que Ischia y Capri, sus dos islas hermanas situadas en el golfo de Nápoles, poseen hoteles de veraneo que lindan con viñedos, plantaciones de limones y otros cultivos cítricos, pero de las tres, Procida es conocida por la producción del limón con que luego se prepara el limoncello, el licor típico de Italia.Los que visiten este islote a finales de julio podrán admirar el Festival del Mar que se celebra en grande con fuegos artificiales.Los habitantes de la isla se enorgullecen de albergar la que es la Escuela Naval más antigua de Europa, de donde salen la mayoría de los capitanes de barco que navegan por el mundo.Capri guarda la fama y su belleza la justifica; mientras que Procida e Ischia -esta última se sitúa más allá de Procida y es la más grande- se dejan querer por los napolitanos, alemanes y asiáticos, quienes encuentran en ellas su refugio de ocio y diversión dentro y fuera del mar.Pero ninguna le gana a Procida, ya que esta parece anclada en otro tiempo y guarda con recelo su personalidad marinera.