Oportunidad en medio de la tempestad: testimonios de emprendedores en pandemia
Por pérdida de su empleo, por menos ingresos percibidos o porque descubrieron un talento, muchos panameños aprovecharon la pandemia para generar ingresos y ver esperanza en medio de la incertidumbre.
Sus manos y mente no han parado de trabajar. (Imagen ilustrativa: Pixabay)
El amor por la cocina y hasta por las plantas se ha hecho sentir en redes sociales. Cuando la pandemia por coronavirus nos obligó a encerrarnos en casa, no quedó más por hacer que entretenerse dentro de ella. Fueron precisamente en esos momentos de ocio cuando las ideas de muchos comenzaron a fluir, y con el tiempo a su favor y un panorama incierto, los proyectos que muchas veces pasaron por sus mentes comenzaron a tomar forma hasta convertirse en una realidad.
Ya sea por satisfacción personal o como una manera de subsistir, panameños han aprovechado el duro momento por el que atraviesa Panamá y el mundo por la pandemia para darle un giro a sus vidas. Cinco de esos panameños que vieron en medio de la tempestad una oportunidad para crecer, compartieron sus testimonios y cómo se armaron de fortaleza y creatividad para emprender.
Fuerte como Malva
Barsallo comenta que la receta de flan se la dio una amiga de la familia, la de empanadas una señora a quien considera su segunda madre y recibió tips de amigos expertos para ir mejorando. El logo se lo hizo un amigo que es diseñador gráfico y con quien hizo un trueque por rollos de canela. Además de alegrar a las personas con dulces, Barsallo también personaliza suéteres, vasos y decora con globos. “Mi cocina se transforma de casa normal a industrial, teniendo apoyo de mi familia y amigos”, cuenta.
El nombre de su empresa surgió en honor a su gatita Malva, quien desde que nació ha tenido problemas de salud y siempre ha demostrado fortaleza, superando todos los obstáculos. “De esta forma, así como ella y con el favor de Dios lograré también salir adelante en medio de esta pandemia y sus desafíos”.
VER: Osvaldo Angulo, la mente detrás de Panamá Vieja Escuela
Más que un pasatiempo
Valor sentimental
"Regala Vida" es una de las frases que identifica a Finca el Naranjito, un emprendimiento en el que además de vender plantas en llamativos maceteros, se busca dar ese toque de vida en los hogares con mensajes positivos. El nombre nació de la finca del papá de Sadia, ubicada en Penonomé, provincia de Coclé “en donde los árboles de naranjas son la característica principal de ese lindo lugar que tiene un valor sentimental para mí, por ello le llamé así a mi emprendimiento”.
Sueño hecho realidad
Arcia destaca que no ha sido fácil, pues les tomó tiempo encontrar a otros emprendedores que les ayudaran con las etiquetas, por ejemplo, y conseguir los insumos es una tarea complicada en estos tiempos. “Lo que sí es que la mayoría de las personas están pasando largos ratos en las redes y ha sido nuestro puente para llegar a muchos clientes potenciales y nos ayudó a tener un auge desde que abrimos. Simplemente fue el momento ideal para emprender. Dentro de la tempestad este es nuestro rayito de luz”.
Vida y esperanza
Narra que sin planearlo empezó a hacer compras y diligencias para familiares y amistades a supermercados, farmacias, luego ferreterías, entre otras.
Igualmente, en vista de la demanda de productos de aseo y desinfección, incursionó en la venta y entrega a domicilio de mascarillas, alcohol, desinfectantes y demás artículos para sanitizar. “Gracias a eso he podido cubrir las principales necesidades de quienes dependen de mí”. José Guillermo, quien nombró a su emprendimiento Gestiones, Inversiones y Logística, considera que en medio de la crisis toca ser creativos y utilizar las herramientas y medios que se tienen para buscar soluciones. “De toda situación adversa debe haber una enseñanza o oportunidad para hacer frente al problema y resolver de la manera adecuada. Mientras haya vida, habrá esperanza”.
ADEMÁS: El sonambulismo en niños, un trastorno más común de lo que se cree
El panameño se las ingenia
Para el sociólogo y catedrático universitario Olmedo Beluche, la necesidad obliga a las personas a reinventarse, pues no dependen solo de un bono que cuando llega no alcanza para cubrir los gastos de la canasta básica alimenticia, ni mucho menos para los otros gastos, como medicina o ropa, porque no solamente hay que comer. Así que la gente como siempre se las ingenia cuando la economía normal no funciona y como habitualmente pasa la gente opta por la informalidad.
Beluche asegura que antes de la pandemia más del 40% de la fuerza de trabajo panameña vivía de la informalidad, es decir, inventar cualquier actividad para llevar ingresos a sus casas para comer, “ahora estamos mucho peor y encima la ayuda del plan Panamá Solidario es insuficiente cuando llega, pues hay muchos sectores en los que aparentemente no ha llegado”.
En marzo, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) reportó aproximadamente 230 mil trabajadores con contratos suspendidos, y que más de 2 mil contratos habían sido reactivados a nivel nacional, mediante la apertura gradual de algunas actividades económicas.
De acuerdo con detalles revelados, al menos siete sectores claves de la economía han sido afectados por la pandemia, entre ellos, la construcción y el comercio.