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Parásito de la malaria bloquea frentes de lucha a la ciencia, ¿qué papel juega Panamá?
Uso de radiación de microondas para combatir la malaria, un estudio prometedor que desarrolla Panamá para el mundo. ¿En qué consiste y en qué etapa se encuentra después de 10 años de investigación? La investigadora Carmenza Spadafora brinda detalles.
- Miriam Lasso
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- - Actualizado: 20/2/2022 - 08:08 pm
La peculiaridad de comerse el hierro de la hemoglobina quedando en una forma química en la que se vuelve paramagnético, despertó hace más de diez años la curiosidad de un grupo de científicos nacionales con colaboración internacional, que buscan con electromagnetismo incidir en el parásito que causa la malaria.
El proyecto valorado en más de 2.5 millones de dólares, que logró un financiamiento por parte de la Fundación Bill y Melinda Gates y que se desarrolla en Panamá liderados por la investigadora Carmenza Spadafora, se encuentra en una etapa de publicación y podría convertirse en una poderosa herramienta para la ciencia que se enfrenta a un plasmodium falciparum multidrogo resistente que pone en jaque a los sistemas sanitarios del mundo.
Si se contabilizan a todos los seres humanos desde su existencia, la mitad habría muerto de malaria, indica la investigadora panameña y coordinadora del Centro de Biología Celular y Molecular de Enfermedades del INDICASAT- AIP, Carmenza Spadafora.
Se trata de una enfermedad que ha estado con el ser humano desde sus orígenes, y que cada año cobraba la vida de 2 millones de personas. A partir del 2015, la ciencia logró aportes millonarios de organizaciones, fundaciones y ONGs para financiar estudios que resultaron en la rebaja de esta cifra a un poco menos del medio millón de muertes anuales, indicó la experta.
Sin embargo, a partir del 2015 la ciencia se encuentra estancada por un parásito que ha bloqueado todos los frentes de lucha, haciéndose más resistente, y que empieza acelera la cifra de muertes.
Los últimos números de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que de 405 mil, los casos en el mundo se han elevado a 440 mil , lo que genera preocupación a los científicos y a los sistemas sanitarios.
¿Qué ha pasado con todas las formas de atacar la malaria que de pronto han dejado de funcionar?¿El mosquito se ha vuelto más resistente o el parásito a los fármacos?, es la pregunta que se hacen los investigadores.
Spadafora explica que se ha identificado un parásito resistente a la mayoría de los fármacos, con áreas donde el tratamiento ya no cura a una persona en tres a cinco días, y que está tomando de siete hasta nueve días para que tenga un efecto en el paciente. Sostiene que esta cepa del plasmodium falciparum multidrogo resistente se encuentra concentrada en el sudeste de Asia, pero si llegara a África, con menos recursos para atenderlo, sería catastrófico.
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Para Suramérica la cloroquina, que es un tratamiento barato, ya no es efectivo, en la parte oeste de Panamá que colinda Costa Rica y Centroamérica aún sigue siendo efectiva en la mayoría de los casos, detalla Spadafora.
Sostiene que el parásito de la malaria todavía es un misterio para el ser humano y suele ser letal en niños por debajo de los cinco años y mujeres embarazadas. Más del 80% de las muertes corresponde a esta población.
En Panamá para el 2004 se tuvo picos de malaria de 4 mil y tantos casos, se aplicaron protocolos y se prestó atención bajando los niveles por debajo de 1,800 a 500 casos, pero este último año se ha dado un pico de casos de hasta los 2,500, y se han encontrado focos donde normalmente no había, como Veraguas y Coclé, incluso se han reportado más casos en Panamá Este que zonas endémicas como Darién, otras zonas endémicas son las comarca Guna Yala y Bocas del Toro, detalla Spadafora.
Panamá no puede bajar la guardia, porque la malaria está acechando, y es muy difícil controlarla, advierte la científica.
¿Cómo avanza el prometedor tratamiento que se desarrolla en un diminuto laboratorio, pero que ofrece grandes esperanza al mundo?
Luego de probar en el laboratorio con sangre humana infectada con el parásito a la que le irradiaban microonda de bajo poder, y exponer células normales de piel, riñón o del sistema inmune a la misma radiación para confirmar la incidencia en el parásito, los científicos pasaron a probar con organismos vivos.
Spadafora sostiene que se infectaron ratones con malaria y se sometieron a la radiación de bajo poder en microondas para comprobar que también en un ratón o animal, los microondas eran capaces de llegar hasta las zonas donde aparentemente está el parásito en la sangre alojado, logrando bajar la cantidad de parásitos que tenía.
"No pudimos conseguir tantas muertes del parásito como cuando lo hacíamos solo en células, pero se debe más al diseño del aplicador. La parte que emite las ondas del microondas", indica.
Spadafora aclara que las ondas de microondas que se aplican no son las ondas que recibimos de un horno que utilizamos en la cocina, son similares al tipo de ondas a las que estamos permanentemente sometidos cuando hablamos por el celular, el del radar de los agentes del tránsito o la ondas de los routers que nos proporcionan internet.
"El tipo de microondas que se planea utilizar cumplen con parámetros que únicamente afectan al parásito y no a los seres vivos", sostiene la científica.
Actualmente, los datos de esta investigación fueron enviados para publicación, y se está a la espera de que la revista publique, igualmente, se está en la búsqueda de socios para el desarrollo del dispositivo de aplicación para iniciar la pruebas en primates, compartió Spadafora.
"Pensamos en un dispositivo que las personas se puedan llevar a sus casas. Algo similar a un teléfono o un reloj que tenga un apps que se pueda controlar con el programa y que las ondas emitidas por su antena afecte al parásito", sostiene."Ese dispositivo debe ser barato y reutilizable en múltiple personas".
Para Spadafora las ventajas de este tratamiento están en que: un simple dispositivo podría servir para muchas personas y bajará los costos de salud para los países empobrecidos. Sostiene que cada persona que se infecta con malaria necesita una caja entera de tratamiento, más allá de la reinfección, el costo de los envíos y la cadena de frío para conservar los medicamentos.
Además, garantiza que las personas no tengan que someterse a la toxicidad de los medicamentos, porque sería una cura sin drogas.
Las expectativas de que este tratamiento sea una realidad son altas, pero todo dependerá de cuanto tarde encontrar a los socios indicados para desarrolla el dispositivo, lo que puede sumar otros dos o tres años al proyecto que inició en el 2011.
"Lo primero es desarrollar el dispositivo y después hacer las pruebas preclínicas para empezar a pensar en una aplicación al humano", detalla Spadafora.
‘Creo que lo más importante ya se hizo, que es la etapa de probarlo in vivo y probar que esta irradiación no es tóxica, no causa daños al animal. La seguridad de la irradiación ya la hemos probamos", detalla.
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Panamá y la ciencia
El financiamiento de este proyecto ha surgido del exterior, con un mínimo pero, valioso subsidio de 100 mil dólares de parte de la Senacyt, que reconoce no podría ser suficente para una investigación de 10 años, detalla Sapadafora.
No obstante, Spadafora sostiene que el más importante aporte que le dio Panamá, fue una beca de doctorado a través de la Senacyt y el Ifarhu para una estudiante que trabajó por 5 años en el proyecto de microonda contra la malaria.
La malaria se visualiza como uno de los grandes problemas de la humanidad, junto con la tuberculosis y el SIDA, concluye.
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