tecnologia
Los extraños poderes de una liana selvática
Redacción - Publicado:
PESE a los siglos de colonización, los chamanes de la Amazonía peruana mantienen vivos sus rituales de ayahuasca, un brebaje de plantas de la selva cuyos efectos alucinógenos presuntamente llevan a la curación.En infinidad de rincones del gran bosque tropical sudamericano, incluidas zonas urbanizadas como la turística ciudad de Iquitos, las plantas medicinales y la fe son los únicos pilares de la salud de los nativos."Es una medicina constructiva porque construye el organismo", explica el curandero Ernesto Miranda, quien prepara el brebaje mágico, la ayahuasca.Esta liana en forma de serpiente, cuyo nombre científico es "banisteriopsis caapi", no es el único ingrediente del combinado, pese a llevar su nombre, ya que los otros elementos son las hojas de chacruna (un pequeño arbusto de la selva) y agua.El ritual comienza tras ocho horas de cocción al fuego; entonces el curandero toma la bebida dispuesto a escuchar a los espíritus y conocer la enfermedad y el remedio para sanar al paciente.Al poco tiempo llega el mareo y surgen ante sus ojos las serpientes, los jaguares y otros espíritus, mientras el enfermo recibe pacientemente en su cabeza los golpes de la "chalaca" del curandero, un ramo de hojas de plantas amazónicas.Miranda celebra sus rituales en el pequeño cobertizo ubicado en la parte posterior de su humilde morada, en Iquitos, que además de vivienda utiliza su familia como puesto de comida preparada a base de pescados y yuca."Los espíritus y los genios me indican qué enfermedad y también la planta con la que debo curar", detalla antes de iniciarse al ritual.Pero, según el chamán, los espíritus reconocen a veces no poder curar, "en esos casos hay que acudir a los antibióticos", matiza este anciano de 74 años y a quien acuden adictos a las drogas, alcohólicos, enfermos de reuma, diabetes, paludismo, víctimas de hechizos y brujerías, y también aquellos que buscan el amor.Ernesto Miranda se internó hace 40 años en las montañas con un maestro curandero, quien le inició en el conocimiento de las plantas medicinales de la Amazonía tras largos ayunos de hasta 30 días por cada brebaje que debía probar."Sin sexo, sin licor, sin chancho, sin sal, sin azúcar", detalla el chamán para explicar cuáles son las condiciones idóneas para conocer a los espíritus de la ayahuasca.Miranda, además de sanar, comparte la ingestión de la ayahuasca con aquellos que quieren experimentar la magia de este alucinógeno, capaz de hacer compartir un rato con los seres queridos que viven en la distancia, viajar al futuro, regresar a la infancia o simplemente descubrir al ladrón de un robo.Los efectos del alucinógeno se prolongan por tres o cuatro horas, dependiendo de la evolución de quienes lo ingieren, aunque el chamán puede dar por concluido el "viaje" si el acompañante no se siente bien.El curandero detalla que las personas" ven, en ocasiones, cosas horrorosas, lagartos (cocodrilos), tigres y sobre todo serpientes, porque la serpiente es la ayahuasca y al tomarla uno se transforma".