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Consejos para adolescentes que quiere independizarse
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SALIDAS fuera de casa por temporadas breves antes de los 18 años, pueden convertirse en una vivencia que ayude al menor a explorar su capacidad de autonomía y fomentar su madurez.Es común que los hijos dejen el hogar después de salir de la universidad, cuando han encontrado trabajo o han decidido casarse o vivir con su pareja.Sin embargo, algunos jóvenes emigran en forma más prematura, cuando son adolescentes, situación que es difícil de enfrentar para los padres, pero que, dependiendo del caso, podría ser una buena experiencia de vida y de crecimiento.La sicóloga y terapeuta familiar Ximena Santa Cruz, explica que "vivencias como la separación de sus padres cuando pequeños, la muerte de un familiar o la experiencia de vivir en el extranjero, hacen a muchos adolescentes madurar en forma más temprana".Estas son algunas de las situaciones que pueden gatillar que la búsqueda de independencia comience antes de lo esperado, intentando vivir fuera de la casa por un tiempo o ensayando formas de probar esta autonomía.Según la especialista, antes de evitar que el adolescente se vaya, los padres deben buscar qué aspectos hay detrás de esta necesidad, descartando que el motor sea una crisis de autoridad o escapar de un problema del hogar."Si se quiere ir por una necesidad de independencia y autonomía, es súper legítimo que pueda hacerlo.En este caos los padres tienen que entender que la salida del hijo es más bien un paso de crecimiento que de crisis", agrega.El sicólogo estadounidense Lawrence Kutner, co director del Centro de Salud Mental y Medios de la Universidad de Harvard (EE.UU.) quien ha escrito varios libros sobre la relación de los padres con sus hijos, señala que se debe distinguir entre dos tipos de partida prematura: una hacia otro sistema de apoyo y otra que es simplemente una huída.En el primer caso, Kutner sugiere apoyar al hijo o hija, siempre y cuando este sea un proceso de vida que le sirva para explorar quién es y qué lugar puede tener en el mundo.Según explica, si el niño lo plantea a los 12 ó 13 años, es probable que sólo esté buscando ejercitar el control de su vida y alcanzar más libertad.En estos casos, en vez de que se vaya, se pueden negociar nuevos permisos en temas tan variados como el horario para irse a dormir o para regresar de una fiesta, o la libertad de andar solo por la ciudad."A partir de los 16 años, en cambio, los adolescentes buscan probar qué tipos de decisiones pueden llegar a tomar, por lo que es una edad más segura para que vivan fuera de casa por un tiempo, aunque sea por unos pocos días de la semana o por sus vacaciones".Una experiencia de este tipo tuvo Rosario (22), quien vivió con sus abuelos en los últimos dos años de colegio.Su madre, Sofía, cuenta que su hija buscaba un ambiente más tranquilo para subir su rendimiento escolar y preparar la Prueba de Aptitud."Me costó entenderlo cuando me lo dijo, porque me hizo ver que algo no estaba funcionando en la casa, ya que sentía que no tenía mucho espacio propio.Además, lo asocié con que buscaba más libertad e intimidad, lo que me dio un poco de susto".