De estrella travesti a estrella sacra

Héctor Gustavo Ruíz Velázquez, hermano del salsero puertorriqueño Víctor Manuelle, lanzó al mercado su primer disco, “A ti mi rey, mi Dios”, después de convertirse al cristianismo y superar difíciles momentos.

Ruíz Velázquez explicó a Efe que con esta producción busca que “las vidas sean impactadas a través de las canciones del disco” y que “sepan que Dios existe, es real” por la conversión que experimentó tras haber sido homosexual y travesti.

El artista, de 36 años, contó que sus problemas comenzaron cuando a los cinco años comenzó a ser molestado por un familiar, aunque los actos sexuales nunca llegaron a la violación.

“Los niños que pasan por esto se quedan callados porque se sienten cómplices”, enfatizó.

El pariente murió, pero el cantante lo perdonó.

Ruíz Velázquez explicó que esa experiencia destruyó su privacidad y lo llevó a la promiscuidad, a tener pesadillas y a su primera experiencia sexual con hombres a los 14 años.

En los siguientes años formó parte del equipo de trabajo de su hermano y tuvo la oportunidad de viajar y conocer el mundo artístico.

En 2001, decidió convertirse en travesti.

Así nació “Milena Lane”.

Al confesarle a sus padres su transformación, su madre fue la que más se impactó por la noticia, porque “ella siempre oraba para que yo cambiara mi forma de ser, pero aceptó mi cambio de vida”.

Sostuvo que su personaje no buscaba ser extravagante, sino “una chica normal con lo artístico”.

“Las canciones las cantaba con un registro de voz más alto y no iban enfocadas al ambiente homosexual, sino al amor y desamor”, dijo.

Durante este tiempo se inyectó silicona en caderas, glúteos y pómulos, y se sometió a un tratamiento de láser para evitar el vello facial.

Incluso estudió la posibilidad de colocarse implantes mamarios, pero nunca lo hizo.

Aunque en una ocasión le ofrecieron mucho dinero a cambio de sexo, confiesa que nunca llegó a prostituirse y que quiso casarse con un hombre y tener hijos, pero ahora quiere eso mismo pero con una mujer.

“Todo el mundo me aseguraba un éxito porque mi hermano era una persona bien conocida”, afirmó el cantante que incluso llegó a presentarse en el programa de televisión de Don Francisco y ganó un premio como mejor travesti en un concurso en Estados Unidos.

El 25 de julio de 2007 decidió dejar atrás su vida como homosexual.

Al aceptar a Dios, lo primero que hizo fue cortarse el cabello y quemar la ropa con la que se vestía.

Héctor Gustavo, entonces, se ha dedicado a llevar el Evangelio a través de las iglesias, aunque no critica a los homosexuales, pues asegura que Dios "ama a todos sus hijos".