Diego Torres demostró más que “Color esperanza”
Publicado 2003/06/19 23:00:00
- La Plata
A las 9:30 minutos de este miércoles, el cantautor argentino Diego Torres y el público panameño se encontraron en el teatro Anayansi del Centro de Convenciones ATLAPA, en un concierto esperado por ambos, hace casi una década.
El concierto realizado a beneficio del Hogar San José de Malambo, lo abrió Iván Barrios, un artista nacional que se abre paso en el mercado musical con una fina producción de rock pop, de la cual interpretó junto a una banda de jóvenes músicos, los temas, “Mi Bendición”, “Hecho de ti” y “Enamorada de ti”, siendo premiado con merecidos aplausos de aprobación.
Luego, el esperado Diego Torres hizo su entrada con un mensaje en “off”, en el que instó al amor y al respeto para lograr una mejor convivencia.
Seguido, se encendieron las luces del escenario y el público pudo verlo junto a sus ocho músicos y dos coristas que iniciaron el repertorio con el tema que da título a su última y premiada producción “Un mundo diferente”.
Un Diego Torres no muy ávido para el baile entonó “Quisiera”, e hizo un alto para saludar al público y darle las gracias por pagar el boleto para verlo.
Entre bromas, confesó que está tomando clases de salsa, por lo que todavía no baila muy bien, pero empezó a soltar los pies en el tema “Tal cual es”.
Mientras, en una pantalla gigante detrás del escenario aparecieon imágenes de niños jugueteando, para dar paso a la canción dedicada a los padres “Quiero vivir”, cuya letra transcurrió en una mezcla de salsa, zamba y nova trova.
“Quiero vivir” fue finalizado con una descarga de salsa, en la que acompañado de su corista, quien dejó entrever un acento cubano, Diego demostró sus habilidades para sonear y dar rienda suelta a sus caderas, dando la vuelta sensual popularizada por “Salserín”.
El soneo y baile de Diego en esta parte fue uno de los momentos de mayor algarabía entre aplausos y gritos de las chicas.
La emoción bajó y se abrió paso la nostalgia, cuando en la pantalla aparecieron muchas aves revoloteando sobre el mar, mientras la estrella de la noche en el Anayansi entonaba “Quisiera ser”, para retroceder el tiempo y con unos navegantes en medio de un atardecer cantar “Penélope” y “Sé que ya no volverás.
Hubo un espacio de calma en el que se apagaron las luces y de nuevo con voz en “off”, mientras en unos ojos en la pantalla aparecían la escena de imposición de la banda al expresidente argentino, Carlos Menem; vistas de diversas guerras y caza de animales decía: “no digas cosas si no vas a cumplirlas, ni que en el mundo la gente se trata con amor. Cuídate del mundo y su desilusión y no maten a los animales. Dejen de engañar y digan la verdad”.
Las luces se encendieron y Diego se había cambiado la camisa oscura estampada con la que salió al principio, por una blanca, cantando “San Salvador”.
Después hizo un alto en la música para contar chistes con algunas palabras subidas de tonos, por las que pidió disculpas varias veces a las “madres” de Malambo.
El repertorio continuó con “Perdidos en la noche”, “Deja de pedir perdón”, “Si tu te vas”, “Ojos negros”, la que dijo dedicar a su novia Angie Cepeda y muchas más, hasta despedirse con “Sueños”, a ritmo de reggae.
Se apagaron las luces y el público concentrado en el Anayansi se puso de pie para corear “otra, otra, otra”, y volvieron a encenderse las luces para dejar ver a un Diego en suéter, con evidente emoción dedicar “Qué será”, popularizada por José Feliciano, a todas las personas que por una u otra razón tienen que emigrar de su país de origen.
Hizo otro alto para aconsejar que “no nos dejemos engañar con el abrazo de la gente con corazón frío, de gente que quiere algo a cambio”, tras lo cual entonó “Que no me pierda”, con el público de pie, cantando y bailando.
La emoción aumentó al sonar los acordes de la más esperada de la noche “Color esperanza”, a ritmo de reggae.
El publico cantó en voz muy alta y bailó “Color Esperanza”, con un emocionado Diego Torres que se despidió entre los gritos y aplausos del público.
A diferencia de muchos otros artistas, Diego se quedó en el escenario para agradecer al público.
El concierto realizado a beneficio del Hogar San José de Malambo, lo abrió Iván Barrios, un artista nacional que se abre paso en el mercado musical con una fina producción de rock pop, de la cual interpretó junto a una banda de jóvenes músicos, los temas, “Mi Bendición”, “Hecho de ti” y “Enamorada de ti”, siendo premiado con merecidos aplausos de aprobación.
Luego, el esperado Diego Torres hizo su entrada con un mensaje en “off”, en el que instó al amor y al respeto para lograr una mejor convivencia.
Seguido, se encendieron las luces del escenario y el público pudo verlo junto a sus ocho músicos y dos coristas que iniciaron el repertorio con el tema que da título a su última y premiada producción “Un mundo diferente”.
Un Diego Torres no muy ávido para el baile entonó “Quisiera”, e hizo un alto para saludar al público y darle las gracias por pagar el boleto para verlo.
Entre bromas, confesó que está tomando clases de salsa, por lo que todavía no baila muy bien, pero empezó a soltar los pies en el tema “Tal cual es”.
Mientras, en una pantalla gigante detrás del escenario aparecieon imágenes de niños jugueteando, para dar paso a la canción dedicada a los padres “Quiero vivir”, cuya letra transcurrió en una mezcla de salsa, zamba y nova trova.
“Quiero vivir” fue finalizado con una descarga de salsa, en la que acompañado de su corista, quien dejó entrever un acento cubano, Diego demostró sus habilidades para sonear y dar rienda suelta a sus caderas, dando la vuelta sensual popularizada por “Salserín”.
El soneo y baile de Diego en esta parte fue uno de los momentos de mayor algarabía entre aplausos y gritos de las chicas.
La emoción bajó y se abrió paso la nostalgia, cuando en la pantalla aparecieron muchas aves revoloteando sobre el mar, mientras la estrella de la noche en el Anayansi entonaba “Quisiera ser”, para retroceder el tiempo y con unos navegantes en medio de un atardecer cantar “Penélope” y “Sé que ya no volverás.
Hubo un espacio de calma en el que se apagaron las luces y de nuevo con voz en “off”, mientras en unos ojos en la pantalla aparecían la escena de imposición de la banda al expresidente argentino, Carlos Menem; vistas de diversas guerras y caza de animales decía: “no digas cosas si no vas a cumplirlas, ni que en el mundo la gente se trata con amor. Cuídate del mundo y su desilusión y no maten a los animales. Dejen de engañar y digan la verdad”.
Las luces se encendieron y Diego se había cambiado la camisa oscura estampada con la que salió al principio, por una blanca, cantando “San Salvador”.
Después hizo un alto en la música para contar chistes con algunas palabras subidas de tonos, por las que pidió disculpas varias veces a las “madres” de Malambo.
El repertorio continuó con “Perdidos en la noche”, “Deja de pedir perdón”, “Si tu te vas”, “Ojos negros”, la que dijo dedicar a su novia Angie Cepeda y muchas más, hasta despedirse con “Sueños”, a ritmo de reggae.
Se apagaron las luces y el público concentrado en el Anayansi se puso de pie para corear “otra, otra, otra”, y volvieron a encenderse las luces para dejar ver a un Diego en suéter, con evidente emoción dedicar “Qué será”, popularizada por José Feliciano, a todas las personas que por una u otra razón tienen que emigrar de su país de origen.
Hizo otro alto para aconsejar que “no nos dejemos engañar con el abrazo de la gente con corazón frío, de gente que quiere algo a cambio”, tras lo cual entonó “Que no me pierda”, con el público de pie, cantando y bailando.
La emoción aumentó al sonar los acordes de la más esperada de la noche “Color esperanza”, a ritmo de reggae.
El publico cantó en voz muy alta y bailó “Color Esperanza”, con un emocionado Diego Torres que se despidió entre los gritos y aplausos del público.
A diferencia de muchos otros artistas, Diego se quedó en el escenario para agradecer al público.
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