Dudas del matrimonio en Mónaco

Tanto lujo e invitados reales no fueron suficientes para que medio mundo recele de que exista amor entre Alberto de Mónaco y Charlene Wittsstock, según se aprecia en las redes sociales.

Entre ellas, el poderoso Twitter.

Los usuarios de la red de microblogging se han cebado con la ¿real? pareja.

Porque, según advierten muchos de ellos, la novia apareció triste y falta de ilusión, mientras que el novio denotaba una apreciable falta de atención al evento.

Además, se critica también de la boda real el desmesurado número de invitados y la importancia que se les ha dado a todos ellos sin hacer diferencia por su posición social.

Ha llamado la atención la escasez de monarcas presentes en el mayor evento celebrado en Mónaco en muchos años (solo asistieron los de Suecia y Bélgica), si bien hubo representación de distintas casas reales europeas a través de títulos de menos rango.

Al parecer, no se guarda el más mínimo respeto por el futuro rey de Mónaco, que el pasado domingo, al cumplirse apenas un día de la esperada boda, el heredero a la corona de su pequeño principado fue dado por muerto, según reportó la enciclopedia “on-line”, Wikipedia al buscar el enlace correspondiente.

Esta noticia tan triste y cruel fue debido a una mala broma que anunciaba que, el príncipe fue víctima de un problema por traumatismo cráneo encefálico como resultado a una caída horas después de su boda religiosa el sábado pasado.

La enciclopedia “on line” Wikipedia ya corrigió el grave error y ha devuelto la vida al príncipe Alberto para que él pueda disfrutar de sus primeros días de casado junto a su bella esposa, la princesa Charlene.

Otros medios han lanzado hasta “top-ten” de los mejor vestidos y los grandes desaciertos del evento, a cual tildan de una boda con demasiados plebeyos.

Conocedores de la moda real aseguran que entre los mal vestidos estaba el mismo príncipe Alberto, quien parecía “ el muñeco de una tarta gay comprado en los chinos de la esquina”.

El evento en su totalidad fue para los críticos como un enlace estrafalario con lujosas firmas de auto, champaña, joyerías y demás como en la boda de una estrella nueva-rica del rock.