Literatura
Eduardo Sacheri no quiere pontificar desde sus ideas
- Redacción
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- EFE
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- @PanamaAmerica
El ganador del premio Alfaguara en 2016 está presentando en México "Nosotros dos en la tormenta", novela que recrea episodios de grupos izquierdistas.
A la hora de escribir novelas, el argentino Eduardo Sacheri huye de la figura del cura de pueblo dueño de la verdad y prefiere respetar la trama y los personajes de sus libros, estén a favor o en contra de su manera de ver la vida, dijo en una entrevista con EFE.
"No quiero pontificar desde mis ideas, sino abrir un juego reflexivo; que cada quien entre y salga de él a partir de sus creencias, sean de derechas o de izquierdas", aseguró.
El autor, ganador del premio Alfaguara en 2016 con "La noche de Usina", está presentando en México "Nosotros dos en la tormenta", novela editada por Random House, que recrea episodios de grupos de izquierda en la década de 1970, herederos en Argentina de la revolución cubana.
"Es una historia que marcó a varias generaciones. Son temas que siguen abiertos en las sociedades latinoamericanas, pero cuando forman parte del debate político la evocación se cuenta a la medida de quien habla, de lo que necesita y le conviene. Me pareció bueno tener visiones de conjunto de aquellos tiempos", explicó el autor.
Permiso para matar
En "Nosotros dos en la tormenta" un profesor despistado maneja por Buenos Aires al lado de su hija. Una camioneta le cierra el paso y un radical de izquierda lo asesina de un tiro en la cabeza porque lo considera un burgués. Es un ejemplo de la violencia, que desde el poder se ejercía de la misma manera en los años recreados en el libro.
"Era una época en la que distintos actores políticos compartían la noción de violencia, más allá de las metas y los objetivos. En el caso de las organizaciones revolucionarias eran el hombre nuevo, la revolución social; en los otros, lo contrario. Por lo menos en Argentina había una idea de violencia legitimada".
Aunque es historiador, Sacheri no hace un compendio de los grandes sucesos de Argentina antes del golpe de estado de 1976. Se concentra en personajes pequeños, de ficción, que retratan el ambiente en el país después de la muerte de Juan Domingo Perón.'
La amistad entrañable entre dos jóvenes de organizaciones diferentes, un padre que expresa su dolor en segunda persona y un gerente de fábrica que sufre un secuestro en su familia.
La novela transcurre en Argentina, pero pudo ocurrir en México, Chile, Uruguay, Perú u otro sitio latinoamericano. En todo caso recrea una época y le da al lector la libertad de sacar conclusiones sobre si es bueno que las personas, crean en lo que crean, se asuman como dueñas de la verdad.
"Si me hubiera referido a los grandes líderes de esas organizaciones o a los líderes de la política argentina, me hubiera visto obligado a respetar los detalles biográficos. En cambio, con estos personajes minúsculos, del último rango de esos mundos, pude crear en libertad para mi y para el lector", explica.
La novela se abstiene de enjuiciar. Sacheri aprovecha su condición de guionista con un premio Óscar, para que quien lea se sienta como en una sala de cine, con libertad para concluir si hay un bueno y un malo.
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