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"La mujer del presidente" ya aparece en portadas de revistas
Tokio - Publicado:
"No me deslumbra el título de primera dama.Lo veo mejor como una responsabilidad para hacer cosas por el país.Para trabajar mucho por Colombia.Yo no podría pasar cuatro años sentada en una silla, pero tampoco en la casa horneando galletas", dice Lina María Moreno Mejía a Germán Santamaría, en entrevista exclusiva que publica bajo el título de "La Mujer del Presidente", en su edición de febrero de este año, la Revista Dinner, como tema central, con una foto de medio cuerpo que ocupa casi toda la portada.El perfil de Lina María, la antioqueña, la que igual goza jugando con su perro "Melón" o escuchando historias de los pueblos, (los sueños, filosofía de la vida, pinceladas de su vida en el campo, de su niñez, sus esfuerzos por superarse, sólo por crecer como persona y profesional, sin afanes de poder), es presentado en el escrito de Santamaría (de 12 páginas en donde se intercalan con el texto las fotografías de ella -sola la mayoría y una con sus hijos- con su sobrio vestir y su mirar que inspira confianza) .Un reportaje ameno, salpicado de anécdotas, donde sale a relucir siempre la sencillez, carisma, inteligencia, sensatez y humildad de una mujer de contextura pequeña, clara en sus metas, amante de las labores hogareñas, que disfruta de las noches estrelladas, de acariciar el maíz, amasar el pan, leer a los grandes filósofos y escritores, pero también consciente de que su vida dará un viraje tan pronto su esposo Alvaro Uribe ocupe la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto."Advierte que ella no es sólo la esposa de un político, sino de Alvaro Uribe, el hombre que le gusta la política, pero que también ama las fincas y que ella es la mujer que estudió a Platón o a Hegel, pero que también sabe acariciar el maíz, el maíz que forjó la raza antioqueña, para hacer la mazamorra o las migas.Unas maravillosas migas al desayuno", escribió el entrevistador, quien relata cómo se conoció la pareja.Otrora, hace ya más de 20 años, siendo Lina María "una intelectual tímida, una lectora solitaria y él un jinete total.El conducía un Renault y ella no sabía manejar y andaba en bus por todo Medellín.Ella sólo se fijó en el fulgor de sus ojos una tarde cuando la fue a recoger allí en la puerta de la casa, bajo el resplandor del sol de los venados".Lina ama a los filósofos clásicos y a los grandes escritores, no le interesa la ropa de marca.Ella, como toda mujer antioqueña, "tiene toda su historia en esas cajas de muchos colores y tamaños que aún no se ha traído para Bogotá".De gran humanismo, conocedora del valor del trabajo, madre de Tomás y Jerónimo, que ya cursan estudios universitarios, marcada por una educación basada en los valores fundamentales, hogareña, Lina María Moreno Mejía opinó que "el feminismo no puede ser una forma agresiva o violenta.Sentirnos mujeres es sentirnos en una forma distinta a los hombres, desde nuestro cuerpo hasta lo que pasa por nuestra cabeza y el alma de uno y desde ahí construir".El periodista al referirse a su escrito "La Mujer del Presidente", escribió con tino en la Revista Dinners que: "en realidad esta es la historia de una mujer común y corriente, con una vida quizás parecida a la suya, o las otras cinco millones de mujeres colombianas de clase media que nacen, estudian, trabajan y tienen sus hijos y acompañan a sus maridos en las buenas y en las malas y que guardan en los "closet" sus historias y sus sueños en cajas de todos los colores.Mujeres que no son de almanaques ni de portadas de revistas ni despampanantes, es decir no son del país virtual de los medios, sino inteligentes y dolidas, serenas pero con ambiciones, con toda la fuerza de la mujer que despierta en medio de la pesadilla de un país estremecido".