Violeta africana, la reina del jardín

Sus hojas verdes aterciopeladas y sus flores delicadas que surgen del centro mismo de la planta en ramilletes de 4 ó 5 y hasta 6, naturalmente son de color violeta, con estambres amarillos en el centro, pe- ro también pueden ser rojas, rosadas, azules o blancas.

Encuentran su mejor hábitat en el interior de las casas, alegrándolas y decorándolas durante todo el año.

Orígenes.

La violeta africana (Saintpaulina ionantha) fue descubierta por el barón Walter von Saint Paul St Claire en las montañas de Usambara, en la provincia del Cabo (Suráfrica), a finales del siglo pasado.

Cultivada por primera vez como planta de interior hará unos 50 años, hoy es una de las plantas de flor de interior más populares.

Inicialmente se reproducía por semilla o, sobre todo, por esqueje foliar.

Generalidades.

Esta planta herbácea, de tipo carnoso es muy decorativa por sus pequeñas flores; crecen reunidas en grupos de hasta seis, sobre unos tallos que surgen entre las hojas.

El efecto de flores elevadas se acentúa por la disposición casi horizontal de las hojas.

Reproducción.

Su tamaño no supera los 15 cm y se reproduce por semillas o a través de esqueje (tallo o cogollo) colocándola en una botella con agua siempre templada.

conviene hacerlo mejor a principios de verano.

El suelo más adecuado es el de turba y tierra negra.

Les gusta estar ajustadas y no la humedad excesiva, si utiliza una maceta demasiado grande y agrega mucha agua, será perjudicial para la planta.

La regla general es que la maceta deberá ser un tercio del tamaño de la planta, por ejemplo, si su planta mide 30 cm de hoja a hoja, entonces necesitará una maceta de aproximadamente 10 cm.

En cada riego, aplique suficiente agua hasta saturar la tierra, y asegúrese de tirar el agua excesiva del fondo o plato de la maceta.

Para prevenir manchas, evite salpicar agua en las hojas.

Nunca regarla por arriba.

Esta planta tiene las hojas peludas, por tanto, no tolera bien que se mojen las hojas.

Los riegos deben ser muy poco frecuentes, pero abundantes porque las hojas acumulan mucha agua en su interior.

La mejor manera es hacerlo por inmersión, es decir, la mete en un recipiente con agua.

Retirar las hojas y flores mustias.

Las hojas salen de forma radial, de manera que las hojas viejas quedan en la parte más exterior de la maceta y debajo de las nuevas.

Cuando empiezan a secarse, es conveniente retirarlas al igual que a las flores.

Con este tipo de cuidados, le aseguramos que tendrá una planta muy vistosa y que ocupa muy poco espacio.

Es barata, resistente y muy agradecida.

Floración.

Aunque lo más común es que sus flores aparezcan en verano, es posible que florezca varias veces al año.

Para ello, necesita al menos 12 horas de luz, asegúrese de que reciba los primeros rayos del sol, ya que después de cierta hora, los rayos directos pueden quemarla.

Florecen dos veces al año, algunas veces tres, y durante seis u ocho semanas cada vez, lo que supone un total de unos cinco o seis meses de floración.

Son especialmente bonitas cuando florecen, cuando su follaje verde oscuro contrasta con los colores brillantes de las flores y esto le da al ambiente un matiz muy delicado y especial.

Una cosa que contribuye a que las violetas potencien su floración es fertilizarlas cuando las riega.

Eso, unido a la suficiente cantidad de luz solar, humedad y calor es la mejor receta para disfrutar de unas violetas muy hermosas y sanas.

En los meses de verano, es recomendable regar 2 veces al día, y en la época de lluvias, cada 15 días.

No tolera que se mojen sus hojas ni sus flores, el suelo no puede estar muy encharcado porque esto puede propiciar la aparición de hongos que se manifiestan en forma de moho gris y son capaces de acabar con la planta.

Enfermedades y plagas.

Botritis (pudrición), moho polvoriento de color gris que puede afectar a toda la planta, debido a la presencia de un hongo que reblandece los tejidos: es la podredumbre húmeda.