Quedarse calvo puede salvar a hombres de sufrir cáncer de próstata

La alopecia, la pérdida del cabello, es algo que ha preocupado a millones de hombres desde que el primer espejo entró en un hogar. Para remediar -sin éxito- la calvicie los vikingos utilizaban una loción hecha a base de caca de ganso, y otras voces autorizadas como el legendario médico griego Hipócrates, señalaban que la mejor cura para la caída del pelo era aplicarse en la cabeza una mezcla de excrementos de paloma, rábano picante, comino y ortigas. Poco apetecible, la verdad. Si los emperadores de Egipto no lograron conservar su cabellera a nadie debe extrañarle que grandes hombres antes y después que ellos, como Sócrates, Napoleón, Aristóteles, Gandhi, Darwin, Churchill o Shakespeare, se adornaran con hermosas y mondas cabezas. Hay quien puede calificar la calvicie como una epidemia, y nada mejor para justificarlo que un nuevo nombre científico de resonancia como el de "alopecia androgénica" (calvicie común). En un reportaje realizado por la BBC británicase asegura que anualmente y en todo el mundo, se gastan 3.135 millones de euros en intentar dar con una cura para la calvicie. Hablamos de una cantidad mayor que la que se gasta en controlar la malaria (179 millones de euros al año).  Más inteligentes Pero puede que se haya enfocado mal la cuestión desde el principio, ya que hay cada vez más evidencias de que la alopecia no se trata de un defecto. Contrariamente a la sabiduría popular, ser propenso a la caída del pelo no convierte a un hombre en ejemplo de virilidad y no está asociado a mayores niveles de testosterona, según recoge el diario lainformacion.com. Ahora sabemos que la calvicie es causada por un potente producto derivado de la testosterona y bautizado como dihidrotestosterona (DHT). En el útero, esta hormona juega un papel importante en el desarrollo de los genitales masculinos. En los adultos susceptibles, hace que los folículos pilosos se encojan. Lo que diferencia a las personas con la cabeza monda y lironda es la sensibilidad de sus folículos pilosos, que se hereda de sus madres. El factor hereditario es crucial. En el momento en que alcanzan su 30 cumpleaños, entre el 25 y el 30% de los hombres sufren en algún grado pérdida de cabello. Además, el fenómeno sucede en todo el mundo, en todos y cada uno de los grupos étnicos. Si ser calvo era tan malo, el factor evolutivo habría llevado a su desaparición.  Marca de varón La calvicie en el varón podría ser el equivalente humano de la ornamentación de la cola de un pavo real macho, de color brillante. El ser humano podría haber evolucionado, presentando este rasgo de diformismo sexual debido a que resulta atractivo para las mujeres.  Hay estudios previos que habían demostrado que las mujeres no encuentran a los hombres calvos más atractivos, pero es probable que sea porque los hombres calvos tienden a parecer más viejos. También se especula que la calvicie puede haber evolucionado como una señal de alto estatus social - algo que algunas mujeres encuentran irresistible. Curiosamente, los hombres calvos también fueron vistos como significativamente menos agresivos. El DHT es responsable del crecimiento de la glándula prostática en los bebésIgualmente, hay quien sostiene que la calvicie puede ayudar a salvar vidas. El DHT es responsable del crecimiento de la glándula prostática en los bebés, así que tiene mucho sentido que también contribuya a la aparición de tumores en la edad adulta. El cáncer de próstata y la calvicie pueden estar relacionados, y según recoge la BBC, esto se confirmó a principios de este año con el descubrimiento de que los hombres calvos son más propensos a desarrollar cáncer de próstata agresivo, responsable de unas 300.000 muertes cada año. Pero hay un dato revelador y es que los hombres que desarrollan pérdida de cabello y calvicie antes de los 30 años tienen hasta un 45% menos probabilidades de desarrollar cáncer de próstata más adelante. En otras palabras, los hombres calvos pueden ser más susceptibles al cáncer de próstata a pesar del hecho de que están perdiendo el cabello, no gracias a él; la calvicie en sí puede estar ayudando a mitigar algunos de los riesgos de padecerlo.